La contratación temporal provoca nuevas tensiones en la comisión del ANE

La modificación de los decretos que regulan la contratación temporal provocó fuertes tensiones en la segunda parte de la reunión de la Comisión de Seguimiento del Acuerdo Nacional de Empleo (ANE), celebrada en la tarde del pasado jueves. Tras la polémica suscitada con motivo de la campaña contra el fraude en el seguro de desempleo (ver EL PAIS de ayer), la modificación de los citados decretos volvió a enfrentar a sindicatos y Administración.El subsecretario de Empleo, Miguel Cuenca, había señalado previamente al inicio de la reunión que el tema de los contratos temporales no correspondía a la comisión de seguimiento que preside y que era un tema que había de tratarse en el consejo general del Instituto Nacional de Empleo (INEM). Tesis que defendió al solicitar los sindicatos que se analizaran las causas que justificaban el anuncio de modificación hecho por el Gobierno.

Tanto CC OO como UGT defendieron la necesidad de que el tema fuera debatido en la comisión y mostraron su total rechazo a las intenciones del Gobierno que en algún momento llegaron a calificarse de "chorizada" por parte de un representante sindical. Para las centrales, los decretos han funcionado satisfactoriamente como elementos de empleo, a pesar del boicoteo ejercido sobre los mismos por la CEOE.

El criterio de los sindicatos es que, al tratarse de unos decretos que arrancan del Acuerdo Nacional sobre Empleo, son las partes que asumieron estos compromisos -Gobierno, patronal y centrales sindicales- quienes están facultadas para su posible modificación.

Fuentes sindicales señalaron que la cuestión se encuentra planteada como objetivo político del Gobierno. La retirada de límites a este tipo de contratación contemplada en el proyecto de decreto presentado por el Gobierno, tendría, bajo esta óptica, una doble función: por un lado, ceder a las presiones de la patronal -cosa que niega el Gobierno-, y por otro, conseguir el compromiso asumido en el ANE de mantener el mismo nivel de empleo en 1982.

Con la pérdida de más de 60.000 puestos de trabajo en el último semestre de 1981 el objetivo de mantener empleo se presenta problemático, por lo que el Gobierno querría poner en marcha todos los mecanismos que permitieran la creación de nuevos empleos.