La constante movilidad del funcionariado docente ,factor decisivo en el fracaso escolar

La constante movilidad de los funcionarios docentes incide de manera muy directa en la calidad de la enseñanza hasta el punto de convertirse en factor decisivo del rendimiento escolar. Esta intererrelación suele ponerse de relieve en cuantas ocasiones se estudia el problema del fracaso escolar, como ha sucedido en un coloquio reciente sobre el tema organizado por el Instituto de Estudios Sociológicos Bernard Krief.

En este sentido, el concurso general de traslados de los funcionarios docentes es concebido como un verdadero "desastre", según se dice explícitamente en las conclusiones de dicho coloquio que, junto a una encuesta de carácter nacional que se está realizando, servirán de base para un libro blanco sobre el fracaso escolar.A tenor de los datos manejados en el reiterado debate, llegó a hablarse de un 70 % de rotación anual del profesorado en los centros educativos del cinturón industrial de Madrid. Esto, unido al hecho de que profesores especializados en una materia se ven obligados a impartir otra, dificulta considerablemente la labor docente.

Otros factores manejados en el debate se refieren a la falta de una programación clara de objetivos por ciclos y a la carencia de criterios para evaluar. A este respecto, se tiene la convicción de que "no se ha entendido la evaluación continua".

En otro orden de cosas, se considera absolutamente clave el comienzo de la vida escolar, y concretamente el período preescolar y el actual ciclo inicial (cuatro a ocho años), puesto que gran parte de los fracasos, aunque se manifiesten muy posteriormente, se inician en este período. En el coloquio se puso de manifiesto, a título de ejemplo, el incumplimiento sistemático de la legislación relativa a este período de iniciación escolar, en algo tan elemental como el momento en que se debe propiciar la enseñanza de los instrumentos básicos del aprendizaje, que son la lectura y la escritura. La anticipación de esta enseñanza, en contra de todo lo legislado, es un factor también determinante del fracaso.

Finalmente, se puso de relieve cómo la negativa imagen que suele tenerse de la formación profesional es consecuencia directa de haber convertido a este nivel educativo en el cobijo habitual de los fracasados.