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150.000 personas continúan incomunicadas en Alcalá de Henares

El centenar de cabinas telefónicas repartidas en todo el núcleo urbano de Alcalá de Henares, localidad situada a 30 kilómetros de Madrid, era ayer escenario improvisado de pequeños dramas humanos, escenas de impaciencia y de malestar generalizado de los vecinos, que se habían echado a la calle tratando infructuosamente de comunicarse por teléfono con números de usuarios de fuera del término municipal. Lo habían intentado sin éxito desde sus domicilios. Con 150.000 habitantes censados, Alcalá de Henares está aislada telefónicamente del resto de España desde la madrugada del domingo, a consecuencia del atentado terrorista que destruyó una gran parte de las instalaciones de la central de la Compañía Telefónica ubicada en la calle Ríos Rosas, de Madrid.

Desde entonces, en la localidad, el teléfono sirve únicamente para las llamadas urbanas, ya que tampoco se pueden recibir conferencias del exterior, según informaban ayer en la puerta de la central local de Telefónica a donde, a lo largo del día, se acercaron muchos vecinos para interesarse por la forma de comunicar con localidades y ciudades de España, Madrid incluida. Una pareja de la Policía Nacional custodiaba la puerta principal de la central que, a través de sus dos unidades, atiende a los 20.000 abonados de la localidad. A diferencia de las medidas adoptadas en Madrid, no se habían habilitado cabinas con líneas preparadas para cubrir los servicios mínimos."Estamos desesperadas, llevamos dos horas intentado hablar con Madrid, primero desde casa y ahora desde varias cabinas telefónicas, y es imposible", comentaban contrariadas dos chicas jóvenes que no se habían enterado de que en Madrid se había registrado el domingo un atentado que afectaba a las comunicaciones. La es cena se repetiría a lo largo del día, fundamentalmente en la Plaza del Ayuntamiento, donde se concentran un total de diez cabinas telefónicas. "¡Esto es la leche!, llevo toda la tarde intentado hablar con mi novia, que vive en Canarias, y es que no hay manera", comentaba con ostensible enfado un joven paracaidista que cumple el servicio militar en la localidad madrileña. En un minuto, se podía asistir en el locutorio público de la plaza a una decena de intentos fallidos de comunicarse telefónicamente con San Sebastián, Sevilla o ciudades tan cercanas como Guadalajara o Madrid.

Se añora el "tamtam"

Con todo, no existía ayer en Alcalá de Henares síndrome de bloqueo y hasta se registraban comentarios jocosos entre la población con respecto a la necesidad de desempolvar el tam-tam. Los radio-teléfonos de la Policía Nacional y Municipal, la Guardia Civil, los bomberos y las ambulancias sirvieron para cubrir las llamadas de máxima urgencia, ya que el sistema manual, previsto por Telefónica para la ocasión, mediante llamada de operadora con el prefijo 009, emitía inevitablemente la señal de estar comunicando. Los bancos y las empresas de envergadura radicadas en la localidad pudieron salir del apuro con la utilización del telex, en tanto que las pequeñas y medianas quedaban incomunicadas.La enfermera que estaba ayer tras el mostrador del vestíbulo en una clínica privada de Alcalá, comentaba que, "pese a la situación de aislamiento, no ha habido problemas serios". En el mismo sentido se expresaba el médico de guardia del ambulatorio de la Seguridad Social, quien aseguraba que disponían de emisora en las ambulancias y tenían la posibilidad de comunicar con La Paz para lo que les hiciera falta.

En los hoteles se armaron pequeños revuelos el domingo por la mañana cuando los clientes, que desconocían el atentado ocurrido en Madrid, solicitaron sus conferencias interurbanas y al principio no creyeron a la telefonista cuando les contestó que era imposible.

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