Alcance internacional de la Semana de Música Religiosa en Cuenca
La edición número 21 de la Semana de Música Religiosa primera a cargo del nuevo director, Pablo López de Osaba, ha sido realmente la de la renovación, en contenidos y estructura, del más antiguo festival monográfico de este tipo que se celebra en Europa. A los veintiún años de su origen y lejos de mostrar agotamiento, la fórmula muestra tener todavía suficientes posibilidades de renovación como para hacer atractivos siete días dedicados a la música religiosa, con trascendencia internacional.Estas posibilidades de renovación estaban latentes desde que el nuevo director comenzó los preparativos. El reflejo, en la calle, ha sido evidente, con un resurgimiento del interés por la Semana en una ciudad que tiene una sólida tradición musical.
La respuesta de la critica es también significativa, con la presencia en Cuenca de especialistas españoles y extranjeros que hacía años no acudían a la Semana.
La edición de este año se ha vertebrado a través de varios puntos de interés repartidos a lo largo de los días y no concentrado en uno solo. Ese interés estuvo patente desde el inicio, en que la conferencia inaugural, de Samuel Rubio sobre "los magnificats de Cristóbal de Morales" tuvo el complemento de un recital de órgano con obras de Cabezón y Cabanilles, a cargo de Manuel Azcue.
Componente espectacualar
El componente espectacular estuvo a cargo del Coro de Cámara de Moscú, en dos conciertos, bajo la dirección de Vladimir Minin, el primero dedicado a la Pequeña misa solemne, de Rossini, y el segundo a obras religiosas de compositores rusos. El impacto de la agrupación moscovita ha sido tremendo, por la extraordinaria conjunción demostrada y la altura de una ejecución asombrosa.En el centro de la Semana se produjo la más notable novedad estructural al aparecer los conciertos matutinos que pretenden, en la intención de López de Osaba, lograr una semana de música total. En dos sesiones (jueves y viernes), Jean Pierre Dupuy ofreció, por primera vez en España, la versión íntegra de las Vingt regards sur I'enfat Jesus, de Olivier Messiaen.
La recuperación de textos antiguos, en especial de los conservados en el archivo de la catedral de Cuenca, es otro de los objetivos de esta nueva etapa, concretado ya en un concierto monográfico dedicado a Juan Antonio García Carrasquedo, compositor casi olvidado del siglo XVIII por la Coral de Santander dirigida por Lynne Kurzeknabe.
El centenario de Stravinski ha sido conmemorado por la orquesta ónsinfónica de la RTVE, bajo la dirección de Odón Alonso, en una jornada monográfica, mientras que el concierto matutino del viernes estuvo dedicado, íntegramente, a Cristóbal de Morales, por el coro Manuel de Falla, de Granada. La tradicional obra de encargo, cuyo estreno mundial se celebra en Cuenca, ha correspondido este año a Juan Ramón Encinar bajo cuya dirección se ejecutó Opus 23. junto con obras de Gabrieli, Frescobaldi y Cristóbal Halfter.
Babelia
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