Yamani, partidario de convocar otra reunión extraordinaria de la OPEP para estudiar el caso nigeriano
La pugna que libran los países productores con las compañías distribuidoras de petróleo, a raíz de las decisiones de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) en su última reunión de Viena, pueden ser motivo de una nueva reunión del consorcio petrolero durante el mes de abril, en la que posiblemente se tratará de buscar una solución al acuciante problema financiero de Nigeria. El jeque Zaki Yamani, ministro de Petróleo de Arabia Saudí, manifestó ayer en Londres que no existe una amenaza formal de su país contra las compañías multinacionales -pese a la actitud de éstas con respecto a Nigeria-, aunque es partidario de que la OPEP convoque una reunión extraordinaria para analizar el problema.
Las presiones de varias compañías de petróleo para que Nigeria reduzca su precio oficial, y lo acomode al que el Reino Unido y Noruega cargan por el crudo de similar calidad del mar del Norte, fue denunciada esta semana por el Gobierno de Lagos ante el resto de países del consorcio, especialmente Arabia Saudí. Según el Goblerno de Lagos, la producción de su país se ve paulatinamente reducida porque las compañías cancelan sus contratos a largo plazo y se niegan a adquirir su crudo al precio oficial.Como consecuencia de estas negativas, la producción de Nigeria apenas supera los 600.000 barriles diarios cuando podría llegar facilmente, según la cuota marcada por la OPEP en su encuentro de hace dos semanas en Viena, a 1.300.000 barriles. Esta pérdida diaria de 700.000 barriles está agravando los problemas financieros de este país, que necesita vender casi dos millones diarios de barriles para hacer frente a sus obligaciones financieras con el exterior.
La denuncia nigeriana viene precedida de una advertencia oficiosa del Gobierno saudí, cuyo ministro de Petróleo se comprometió en Viena a apoyar bajo cuerda a Nigeria -el país más afectado por la caída de los precios y de la demanda-, a cambio de que el Gobierno de Lagos no rompiera la disciplina de la OPEP y bajara unilateralmente el precio de su petróleo. Un alto funcionario saudí declaró al Midle East Economie Survey, una publicación próxima a sus intereses, que su país estaba dispuesto a adoptar medidas de represalia con aquellas compañías que denunciaran los contratos firmados previamente con Nigeria.
El jeque Yamani, que asiste a una seminario petrolero en Londres, negó ayer la existencia de una amenaza formal a las compañías, aunque sí precisó que la OPEP está estudiando la posibilidad de convocar una reunión extraordinaria del consorcio con el único objetivo de estudiar el caso de las multinacionales del petróleo frente a Nigeria.
Ruptura de contratos
La ruptura de contratos de sumnistro de petróleo con Nigeria es un hecho cierto desde hace semanas, según opinan fuentes petroleras informadas. El mantenimiento de los contratos con este país significa fuertes pérdidas para los compradores, ya que pueden encontrar el mismo petróleo a un precio cinco y siete dolares más barato en los mercados de entrega inmediata o sustituirlo por otros más asequibles. La ruptura de contratos, aunque más acuciante en el caso nigeriano, se está produciendo con otros países productores, incluso Arabia Saudí, según las mismas fuentes.
En medios de la industria del refino se señala que la ruptura, o el intento de renegociación de algunos contratos, no es más que un esfuerzo de reducir costes de las compañías, a las que también afecta en su cuenta de resultados la fuerte depresión que atraviesa el mercado del petróleo. "SI no hicieramos esto", manifestó una fuente habitual, "estaríamos perdiendo dinero de una manera idiota, sin aprovechar además el hecho de que ahora el mercado nos es más favorable".
En concreto, la ruptura de contratos se está realizando entre algunas compañías muy activas en las compras de crudo nigeriano mientras otras, como la Elf francesa o la Agip italiana, buscan fórmulas con la Petromín saudí para reducir el peso de unos contratos realizados a precio fijo de 34 dólares. En el caso nigeriano, según informaba ayer The Wall Street Journal, algunas compañías, como la Mobil Oil norteamericana, están renovando parcialme nte algunos de los contratos, ahora que comienza el segundo trimestre del año. Pero las compañías se niegan a incluir en estos contratos los apartados correspondientes a las ventas a terceros, argumentando que corren el riesgo de no poder colocar en el mercado un crudo tan caro.
El problema principal de las compañías, incluso las estatales, es que arriesgan mucho en la pugna que libran con los países productores. El riesgo va implícito en lo que pueda pasar si la situación da la vuelta.
Así, algunas compañías, entre ellas algunas españolas, según fuentes fiables, parecen haber adoptado la política de "buenas, aunque caras, relaciones", mientras otras estudian la posibilidad de renegociación de los contratos. Pero a esto se oponen, tenazmente, algunos productores. Otros, en cambio, más realistas, ofrecen descuentos notables, casi siempre en función de la forma de pago, aunque no siempre se aprovechan estas oportunidades por defectos de gestión en algunas compañias petrolíferas.
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