Amplio eco de la huelga general palestina en Israel y sus territorios ocupados

La población árabe de Israel y de los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza secundó ayer ampliamente el llamamiento a la huelga general lanzado con motivo de la celebración de la "Jornada de la tierra", que revistió este año un carácter de protesta contra la represión antipalestina desencadenada por las autoridades hebreas.

Ayer hizo seis años que seis árabes con nacionalidad israelí, que se oponían a la expropriación de 650 hectáreas de tierras árabes de Galilea "para realizar obras públicas", resultaron muertos en un enfrentamiento con las fuerzas israelíes de órden público.Mientras en Cisjordania y Gaza el paro fue casi total, la mayoría de las aldeas drusas y beduinas árabes de Israel no se sumaron a la huelga. En Nazaret, en cambio, principal centro urbano árabe de Israel con sus cerca de 50.000 habitantes, la huelga fue total. Mas de 600.000 árabes, concentrados principalmente en Galilea, tienen la nacionalidad israelí.

Veinticuatro horas antes de que se iniciase la huelga, quedaron suspendidos los permisos en la policía y ejército israelíes, y decretado el estado de alerta. Las fuerzas de seguridad procedieron también a algunas detenciones preventivas para "evitar disturbios". En Nazaret, por ejemplo, diez árabes israelíes, incluido un concejal, el secretario del ayuntamiento y la esposa del alcalde-diputado fueron arrestados ayer por la mañana.

La jornada se caracterizó, sin embargo, por la multiplicación de los incidentes, tanto en los territorios ocupados como en el mismo Israel. En el Estado judío once personas resultaron heridas -cinco árabes y seis israelíes- cuando la policía intentó quitar una barricada instalada en la carretera que pasa por el pueblo de Jaljuliya, a 60 kilómetros de Tel Aviv. En los pueblos árabo-israelíes de Jafr Kassem, Dir Hanna y Taibeh la policía disolvió violentamente manifestaciones en las que participaban entre 3.000 y 5.000 personas.

Mientras en las zonas pobladas por árabes israelíes la policía autorizó la celebración de asambleas para recordar la "Jornada de la tierra", no permitió "perturbar el órden público", es decir, manifestarse, en los territorios ocupados el ejército intentó por todos los medios impedir la huelga.

Tanto en las ciudades palestinas de Ramallah como de Nablus militares con tenazas rompieron los cierres de numerosos comercios obligando a sus propietarios a interrumpir la huelga. En Jerusalén dieciocho periodistas fueron detenidos ayer por las fuerzas de seguridad que penetraron en el edificio del diario árabe Al Fajr. Cuatro informadores resultaron ligeramente heridos. Los diarios Al Fajr y Al Chaab no pueden ser distribuidos en los territorios ocupados, mientras un tercer diario palestino, Al Quds, se puede vender al estar algo mejor considerado por las autoridades hebreas.

El principal incidente tuvo lugar, sin embargo, en el sector judío de Jerusalén, dónde estalló a media mañana una granada en la entrada de un gran almacén. No hubo, milagrosamente, ninguna víctima aunque varios vehículos aparcados resultaron dañados. Desde hace varios años no se había producido en Jerusalén ningún atentado con granada. La policía cercó inmediatamente el barrio, pero no logró detener a los desconocidos que arrojaron el artefacto.