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Crítica:MUSICA CLASICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una sencilla interpretación de 'La pasión según san Mateo'

La Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE, la Escolanía de Nuestra Señora del Recuerdo y un notable cuadro de solistas vocales e instrumentales, bajo la dirección de Odón Alonso, han clausurado la temporada con una muy bella versión de La pasión según san Mateo, de Juan Sebastián Bach. El público abarrotó el Teatro Real por tres veces para escuchar esta obra monumental, siempre viva y perdurable. Estrenada en la iglesia de Santo Tomás de Leipzig el jueves santo de 1729 e interpretada por última vez en vida de Bach en el año 1745, asombra pensar que la Pasión cayó en el olvido total hasta que en marzo de 1829, el joven Mendelsohn la resucitó para siempre. Empeño, por supuesto, que nunca debe entenderse como hecho aislado del autor del Sueño de una noche de verano, sino inserto en toda una corriente romántica en la que confluyen los esfuerzos de muchos, desde Spontini a Schumann, por citar dos figuras radicalmente diversas. Otra cosa es el papel protagonista desempeñado por Mendelssohn en relación con Bach, que parece sintetizar y asumir los signos de su época.Cada tiempo tuvo su manera de entender esa "suma musical" que es La pasión según san Mateo. Fue de larga duración y gran intensidad la interpretación romántica. "El Romanticismo", escribe Hermann Albert en 1929, "había creado un Bach según su propio modelo, sin preocuparse demasiado por conocer el estilo bachiano". Lo grave es que, en esto como en tantas cosas, la estela romántica fue demasiado larga y brilló con tanta fuerza que, en alguna medida, ha durado hasta ayer, aún cuando fuera recibida inconscientemente. La prueba está en Schweitzer y hasta en el mismo Spitta quienes tratando de restablecer la verdad se olvidaron de cerrar alguna compuerta a la riada romántica.

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S. Bach: 'La pasión según san Mateo'.Orquesta Sinfónica de RTVE. Coro de RTVE. (director: Blancafort). Escolanía del Recuerdo (director: César Sánchez). Solistas: Fred Silla, Peter van der Bilt, L. Alvarez, Jannel Perry, René Jacobs, Keith Lewis, Alexander Malla. Director: Ocón Alonso. Teatro Real. 27 y 28 de marzo.

Aceptación de actitudes románticas es, en el fondo, la consideración de la Pasión como drama, casi como el gran teatro que Bach no hizo y hasta el recrearse en aspectos simbolistas y pictóricos. No menos romántica es la visión excitadamente mística en fiel alianza con una grandiosidad arquitectónica.

En el polo opuesto se sitúan quienes, como Ernst Kurth, ven en la raíz de la obra bachiana razones puramente musicales sin adherencias de ningún otro orden, lo que nos conduce al Bach artesanal que trata de servir un texto y una función religiosa a través de su mejor capacidad profesional. Texto y fines que vienen precedidos por un largo proceso de tadiciones en las que participa el pueblo. "No era un drama en el sentido moderno", dice Albert, "sino una pieza para el servicio divino, realizada con los más elevados medios artísticos, en el cual participaba la comunidad celebrante".

Entonces resulta obvio que lo fundamental ert la Pasión es justamente el recitativo apoyado en los "corales", desde los que el pueblo se hace presente, e ilustrado por arias, ariosos, escenas y coros de signo dramático, que no teatral.

Bach, sin énfasis

Con todo lo anterior he querido explicar el sentido de la ver sión dirigida por Odón Alonso ausencia de énfasis, búsqueda de la unidad total, matización de los diversos componentes, bien se trate de formas, bien de coloraciones, bien de expresiones acentuadas del texto. Sólo en los grande coros aceptó Alonso el eco del criterio grandiosista quizá para resaltar el valor de apertura o conclusión que evidentemente poseen, junto al carácter hímnico y totalizados: los coros nos representan a todos.Por este carácter general de algo casi popular, en el sentido que queda apuntado, por la naturalidad de la exposición, el mantenimiento de una andadura ceñida al espíritu instrumental del barroco, la serena simplicidad de los corales, el cuidado de la coloración instrumental, el hacer de los recitativos relato y no ejercicio dramático, el Bach de Odón Alonso tuvo una medida cercana a la intimidad del auditorio, antes que dimensiones espectaculares de drama que nos puede y anonada.

Columna vertebral de la versión, como lo es de la obra, el tenor austriaco Fred Silla dio lecciones de bien hacer en todos los órdenes. Basta decir sencillamente insuperable. Como lo estuvo el formidable contratenor belga René Jacobs, en la línea de los más grandes de su especialidad. Peter van der Bilt cantó la parte de Jesús con excelencias de dicción y poética expresividad y Luis Alcarez demostró su calidad en diversos cometidos: Pedro, Judas, Pilatos, el sumo sacerdote. A nivel muy alto, dentro de sus peculiares características, rayaron el tenor neozelandés Keith Perry y el bajo suizo Alexander Malta. La soprano estadounidense Janet Perry, de medios brillantes, sumó valores importantes al conjunto, aplaudida por el público muy largamente.

Bien merece elogio el trabajo de los solistas instrumentales: Jordi Savall, viola de gamba; Mariano Martín y Alvaro Marías, flautas de pico; Michel Giboureau y Vincent Fribert, óboes de amor y de caza; José Moreno, flauta; Jesús Meliá, Oboe; Hermes Kriales y Pedro León, violinistas, y Miguel Dolera, órgano general. Corrió el continuo a cargo de José Tordesillas; clave, Enrique Correa; violonchello, José Manuel Azkue, órgano portivo y Pedro Corostela, violonchello.

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