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El socialismo francés inicia una nueva fase en busca de la democracia económica

El socialismo a la francesa entra en su fase práctica tras la formulación de un paquete de medidas sociales que desarrollan las reformas estructurales realizadas desde el pasado verano. Los denominados "nuevos derechos de los trabajadores", aprobados por el Gobierno el pasado jueves, representan para este último un paso decisivo en el camino de la democracia económica.

Retiro a los sesenta años, cheque-vacaciones pagado en parte por la empresa, desarrollo y reconsideración del trabajo a tiempo parcial, nuevos derechos de los trabajadores en las empresas, nuevas medidas para la profesionalización de los jóvenes sin trabajo. Salvo los derechos de los trabajadores, objeto de cuatro leyes, todas estas medidas fueron decretadas el jueves último por el Gobierno.En un primer tiempo, los dirigentes galos fundamentaron, sobre todo con las nacionalizaciones y la ley de descentralización, las reformas estructurales, que amplían con las nuevas normas sociales. Todo para avanzar en dirección a la democracia política y económica.

Las otras dos características son diplomáticas: "nacionalismo en el seno de Europa" y "tercermundismo desde la fidelidad a la Alianza Atlántica".

Escaldados por la seria advertencia que ha supuesto su fracaso en las recientes elecciones cantonales, los socialistas ahora tendrán que demostrar el buen funcionamiento de ese organigrama económico-político-social que bombardea muchas tradiciones ultraconservadoras y muchas injusticias.

De las reformas sociales, la más acervamente rechazada por la oposición y por el empresariado es la que se define como "los nuevos derechos de los trabajadores", que se condensa en cuatro puntos: negociación colectiva y reglamento de los conflictos colectivos del trabajo; ley sobre la libertad de expresión de los obreros en la empresa, que en una fase experimental sólo afecta a las sociedades que cuentan con más de doscientos empleados y que concede a los trabajadores un cierto control en la marcha del negocio; instituciones representativas del personal, que aventajan la influencia y los medios de acción de los sindicatos en el interior de la empresa y la creación de un comité de higiene.

Los empresarios temen que este conjunto de cuatro leyes (a su vez han modificado trescientos artículos del Código del Trabajo) trastorne el funcionamiento de la economía liberal y exacerbe la lucha de clases en la empresa.

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