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Siete nuevos procesados por el sumario del aceite de colza

Siete nuevos procesamientos han sido ordenados por el juez que instruye el sumario por la comercialización del aceite de colza adulterado, con lo que el número de procesados actualmente asciende a diecinueve personas.El juzgado número 3 de la Audiencia Nacional ha dictado una resolución según la cual deben ser procesados, con prisión provisional comunicada y sin fianza, los hermanos Agustín y Tomás Baviera, propietarios de aceites Valencia; Enrique Salomó; Jorge Pich, de la empresa Jorpi SA; Ramón Alabart, de Alabart Hermanos; Antonio Aguado Flores, de la empresa toledana Aguado El Prado, e Ignacio Baxeiras, gerente de Lípidos Ibéricos. Para estos dos últimos el juez instructor ha instado a la Comisaria General de la policía judicial para que proceda a su ingreso en prisión. En el auto de procesamiento se pide asimismo la fianza solidaria y mancomunada de seis mil millones de pesetas.

La resolución judicial pone en evidencia las relaciones comerciales que exístían entre los hermanos Baviera y Enrique Salomó, quien vendió a los anteriores tres cisternas de aceite de colza que fueron mandadas a refinar a la empresa Industrias Tárrega, de Valencia, donde ante los problemas que presentaba el proceso de refinamiento del aceite se desistió del mismo, pasando éste a refinarse en la empresa propiedad de los hermanos Baviera.

El hecho de que el aceite, una vez refinado y después de que se le hubiera añadido gran cantidad de sosa, presentara un color rojizo, fue la causa de que los hermanos Baviera consiguieran una rebajoi en el precio del aceite que les había vendido Salomó. Una vez conseguido ésto los propietarios de Aceites Valencia mezclaron este aceite con otros de distinta procedencia y lo dedicaron a la comercialización.

Por su parte, Jorge Pich actuaba como comisionista de la empresa donostierra Rapsa y fue quien puso en contacto a esta empresa con Raelca, de Madrid. Ramón Alabat, propietario de Alabat Hermanos, vendió durante el año pasado cerca de cuarenta mil kilos de aceite tóxico a Raelca. Este aceite procedía de las empresas Feijoó y Ampurdán y su posterior análisis demostró la presencia de anilinas y oleinalidas.

El otro procesado, Antonio Aguado, había comprado entre abril y mayo de 1981, catorce cisternas de aceite a Agustín Baviera bajo la denominación de Aceite de Semillas Refinado. Por último, Ignacio Baixeras y Par Barcels, procesado anteriormente, gerentes de Lípidos Ibéricos habían servido a Juan Antonio Pastor, propietario de la empresa JAP, seis cisternas de aceite con presencia de anilinas y aminas aromáticas. La empresa catalana Lípidos Ibéricos se dedicaba al fraccionamiento de grasas animales y vegetales, cuyas partes líquidas comercializaban como aceite tanto de uso comestible como industrial.

Todos estos procesamientos habían sido solicitados al juez instructor por los abogados de la acusación y por los representantes de la Asociación Provincial de Afectados de Madrid.

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