Mitterrand evaluará públicamente las razones del reciente fracaso electoral de la izquierda francesa
El presidente de la República Francesa, François Mitterrand, realizará en las próximas semanas, según todos los indicios, una intervención pública para reflexionar en voz alta sobre el serio tropezón que ha significado la derrota del socialismo a la francesa en las elecciones cantonales.
La opinión pública y los partidos de la coalición gubernamental esperan ese veredicto. Entretanto, se buscan las causas del fracaso y se especula sobre tres consecuencias probables de este último: un cierto freno o modificación del cambio, remodelación del Gobierno y promulgación de una nueva ley electoral.El presidente Mitterrand fue el único dirigente de la mayoría gubernamental que no se mezcló en las elecciones cantonales y, en esa medida, ha salido intacto del mil paso. Por ello, y sobre todo en un país en el que la Constitución hace del jefe del Estado una especie de dios omnipotente, el análisis que él pueda hacer ahora se espera como un alivio, y se teme en el seno de la coalición mayoritaria socialista-comunista.
En una futura intervención pública, más o menos inmediata, el presidente despejaría las incógnitas que, desde el domingo último, ya se plantean los partidos políticos de la mayoría, y que debe afrontar directamente el Gobierno en esta segunda etapa del septenio Mitterrand.
Problemas de dos tipo
Esos problemas son de dos tipos y han sido cristalizados por las que se consideran las dos causas más tangibles de la derrota en las cantonales: desafección, de una parte, del electorado comunista, que se ha abstenido porque considera insuficiente el cambio, y trasiego hacia la derecha de los votantes centristas, que se han asustado por lo contrario.
El Gobierno, en consecuencia, tendrá que reexaminar su estrategia. Ayer, el Partido Socialista (PS) manifestó sus conclusiones sobre el particular: el Gobierno de Pierre Mauroy "tiene que redefinir sus prioridades, preocuparse de lo cotidiano, enderezar la economía y dotarse de los medios necesarios para realizar lo que decide". La tendencia encabezada en el PS por el ministro del Plan, Michel Rocard, concretó lo anterior al declarar: "Francia votó por Gambetta y no por la Comuna de París".
El segundo problema del socialismo a la francesa concierne a la estructura mayoritaria. Las elecciones cantonales han confirmado que el PS es el primer partido de Francia, con un electorado que puede oscilar entre el 30% y el 34%. Pero también han dejado claro que el Partido Comunista continúa en baja y que el tercero de la coalición gubernamental, el Movimiento de los Radicales de Izquierdas (MRG), se revela prácticamente inexistente y no acoje, como preveía Mitterrand, a los electores de centro izquierda.
Tanto para afrontar los problemas de la gestión del cambio, como los estructurales, parece que los socialistas han encontrado un primer remedio: modificar la ley electoral, tal como figuraba en el programa de Mitterrand. La ley mayoritaria vigente, uno de los fundamentos de la V República y de la estabilidad gubernamental, sería reemplazada por una proporcional.
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