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Concluye el caso de una famila francesa encarcelada en Libia por espiar a favor del imperialismo

La señora Denis Dupont y sus hijos, Alain y Jean Claude, sanos y salvos -y pobres y, según todos los indicios, deficientes mentales-, podrán volver a su pueblecito del norte francés, Haulchin, en los próximos días. El mes pasado, el coronel Gadafi, en Libia, los había condenado a cadena perpetua por considerarlos espías peligrosos. Ahora, un mes más tarde, no sin miras políticas, Gadari libera a los Dupont, y los franceses, ya satisfechos, se interrogan sobre el origen, el desarrollo y la conclusión de esta tragicomedia.

Salvo que Gadafi cambie de intención, la "maravillosa familia", como la denomina el comité de apoyo que se creó en su pueblo para conseguir su rescate, se aposentará de nuevo en Haulchin en el plazo de una semana. Esto, al menos, es lo que prometieron oficialmente ayer las autoridades libias a las francesas. Y entonces es posible que se rasgue el velo que ha hecho de los Dupont un manojo de misterios que ha conmocionado a este país durante las últimas semanas.La historia comenzó en 1979. Hasta este momento, la familia Dupont vivió en el anonimato y en la mediocridad física y mental. Pero ese año, el jefe de la familia, mientras limpiaba una escopeta, se murió. No faltaron rumores sobre la causa real del drama, pero la cosa quedó en un accidente. La señora Denise, de sesenta años de edad, acto seguido, cobró medio millón de pesetas por el seguro de vida de su marido. Y sin más, con sus dos hijos, de veinticinco y veintiún años, emprendió un viaje por tierras africanas. Nadie supo las razones que impulsaron a los Dupont al nomadismo. De hecho nadie se preocupó mayormente tampoco.

Los tres miembros de la familia eran conocidos en el pueblo por sus deficiencias físicas, mentales y psicológicas. Los tres son prácticamente analfabetos. Cuando más tarde se tuvieron noticias de sus cuitas, los vecinos que los conocen se preguntaban cómo los Dupont habían sido capaces, ellos solos, de sacar sus billetes y sus visados.

Su aventura turística empezó en Argelia. Después llegaron a Libia, pero el medio millón de pesetas se agotó, y la policía de este último país les detuvo en situación precaria y sin documentación válida. Esta etapa de su periplo sucedía en abril de 1980. Después fueron sometidos a un proceso que se retrasó una docena de veces. La señora Denise tuvo que ser internada en un hospital psiquiátrico por insuficiencia mental. Por fin, el mes pasado, el Tribunal Revolucionario de Seguridad de Trípoli emitió su veredicto contra los Dupont: "Cadena perpetua por espionaje en favor del imperialismo americano y del sionismo".

La desgracia de la familia Dupont, de la noche a la mañana, recreó la unión nacional de su país contra Gadafi. Las relaciones franco-libias acusaron el efecto de lo que aquí se consideró como una locura más del presidente de Trípoli. Pero tras su reciente viaje a Austria, en donde reafirmó su intención de viajar a otro país occidental, Gadafi se ha reconciliado con Francia liberando a los Dupont. Ahora se espera su retorno a Haulchin para saber a qué fueron a Argelia y a Libia, y cómo pasaron sus dos años de cárcel, y si algún intermediario les guiaba.

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