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El PSOE decide moderar su actitud frente al Gobierno

El comité federal del PSOE adoptó, en su reunión del pasado fin de semana, una línea de prudencia en la confrontación con el Gobierno mientras se mantenga la situación de fragilidad del sistema democrático, renovando su disposición a resolver los puntos de fricción por medio de acuerdos parciales. El citado comité federal, máximo órgano del Partido Socialista entre congresos, aprobó también la constitución de una comisión dedicada al estudio de los sectores económicos que pueden ser nacionalizados. Asimismo ratificó la propuesta de creación de una comisión permanente del partido, en los términos que eran previsibles (véase EL PAIS del sábado pasado).

Esta reunión del comité federal finalizó con una resolución en la que oficialmente el PSOE se compromete a limitar al máximo sus puntos de fricción parlamentaria con el Gobierno y a hacer lo posible para que las elecciones generales se celebren en 1983. Sin embargo, el espíritu de la reunión fue muy distinto: preocupación por la fragilidad del sistema democrático en su confrontación con el golpismo, inquietud por la ofensiva de amplios sectores de derecha contra el socialismo y convencimiento de que la disolución de las Cortes se producirá tras las vacaciones veraniegas. De los datos facilitados por varios de los asistentes a la reunión, se desprende que la estrategia socialista para los próximos meses puede resumirse así:-Apoyo a todo lo que signifique mantenimiento de la democracia frente a las amenazas involucionistas.

-Planteamiento de una campaña electoral en Andalucía para quedar como primer partido en dicha región, pero sin triunfalismos excesivos.

-Inmediatamente después preparar a la organización para las elecciones generales de otoño. Caso de que no se produzca la disolución anticipada de las Cortes, el PSOE lanzaría una ofensiva contra el Gobierno.

"No hay variaciones sustanciales sobre la línea del partido", declararon al término de la reunión Alfonso Guerra y Guillermo Galeote. "Hemos reafirmado la política de responsabilidad y de hacer posible la gobernabilidad del Estado hasta las próximas elecciones legislativas que deben celebrarse en 1983. Pero va a ser difícil que el Gobierno pueda aguantar sin convocar elecciones antes de que termine 1982".

El comité federal del PSOE abordó también la polémica sobre las nacionalizaciones, a partir de preguntas formuladas por el diputado Luis Solana. Alfonso Guerra negó que existan desacuerdos entre los miembros de la dirección sobre esta materia, y afirmó que no va a ser posible "introducir grietas" entre los dirigentes del Partido Socialista por esa cuestión. Pero además del debate, que en realidad fue muy reducido, el comité federal tomó la decisión de nombrar una comisión encargada de estudiar los sectores en los que podrían realizarse nacionalizaciones. Para integrar esta comisión de estudio el comité federal eligió en una votación a Joaquín Leguina, Ernest Lluch y Jerónimo Saavedra.

Esta comisión no se dedicará solo a los "sectores pasivos" en términos de crecimiento económico, sino que Drientará su trabajo con los criterios mencionados en el artículo 128 de la Constitución, según el cual mediante ley es posible reservar al sector público recursos o servicios esenciales. El dictamen que se espera de la citada comisión se refiere al sector energético y la parte del sector financiero en que podrían efectuarse eventuales nacionalizaciones, así como a la regulación del funcionamiento de las empresas públicas.

Este acuerdo del comité federal del PSOE no es tanto una medida tomada tras la polémica pública sobre nacionalizaciones, como el cumplimiento de una resolución del 29 congreso de dicho partido, que preveía la creación de una comisión de este tipo, y en la que se mencionaban los sectores alimentario, farmaceútico y electrónico como aquellos en los que se requiere una presencia pública importante", al igual que las entidades oficiales de crédito y las cajas de ahorro.

Creada la comisión permanente

Por lo que se refiere a cuestiones internas, el comité federal aprobó la configuración de la comisión permanente del partido, un órgano nuevo en el mismo, formado por nueve miembros de la actual ejecutiva. Los únicos debates del comité federal se refirieron a asegurar para la citada comisión permanente el carácter de órgano de "gestión de los asuntos corrientes", y evitar que se transforme en una superejecutiva. Pese a que así fue aprobado, parece claro que sus miembros consolidan una situación de mayor peso específico dentro del partido.Además de Felipe González y Alfonso Guerra, forman la permanente Ramón Rubial, Joaquín Almunia, José María Maravall, Ciriaco de Vicente, Guillermo Galeote, Carmen García y Emilio Alonso. Javier Solana y Enrique Múgica, dos de los dos más conocidos dirigentes socialistas, han quedado definitivamente fuera de la citada comisión permanente.

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