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Desencanto y escasa respuesta financiera de los empresarios ante las elecciones andaluzas del 23 de mayo

Joaquín Estefanía

La campaña de sensibilización ante las próximas elecciones andaluzas, organizada por los empresarios de la región y por la cúpula patronal, está teniendo poco éxito hasta el momento. La presencia empresarial como movimiento es casi nula y la recaudación de fondos para combatir la abstención y apoyar a los grupos de centro y derecha, dista mucho de lo previsto. Todo ello ha implicado que la CEOE, desde Madrid, y la Confederación de Empresarios Andaluces hayan creado grupos de apoyo y liberado a algunos empresarios y técnicos para que recorran Andalucía y galvanicen a las bases, no suficientemente motivadas a dos meses de los comicios autonómicos. Entre las personas destacadas para esta misión figura el anterior director general del Instituto Nacional de Empleo, Miguel Angel Olalla.

Los empresarios andaluces, a dos meses largos de las elecciones, llevan a paso lento la campaña de sensibilización para evitar la abstención que, según ellos, llevará irremediablemente al triunfo de la izquierda, y concretamente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Hasta ahora no se han producido más que declaraciones de los líderes de la CEOE, desde Madrid, y de la Confederación de Empresarios Andaluces (CEA), sobre la oportunidad de esa campaña, que no se ha plasmado en nada concreto todavía. Las razones de ello son, seguramente, la todavía lejana fecha de la convocatoria y la atención preferente a otro tipo de situaciones políticas, como el juicio del 23-F, cuyo desenlace influirá en los resultados.Baste aportar algunas cifras. De los 400 millones de los que se había hablado que constituirían el monto global de la aportación empresarial a las elecciones andaluzas, hasta la pasada semana sólo se habían recaudado 13 millones en la provincia de Sevilla, según un alto dirigente empresarial. Ante esta situación, se espera que la parte más importante de la cifra de gastos que las patronales andaluzas utilizarán en combatir la abstención y explicar las bondades de votar a cualquiera de las alternativas de centro y derecha, tenga que salir de las entidades bancarias instaladas en la región.

Escaso tejido social

"Andalucía no es Cataluña, y ni siquiera Galicia", declaraba un dirigente patronal para justificar parte de esta apatía. En Andalucía el movimiento patronal es muy reciente y el tejido social empresarial, pequeño y con poca experiencia en lides políticas. En las elecciones catalanas, los empresarios se movieron y lograron recaudar una cantidad importante de dinero a base de pequeñas cuotas, "arrancadas duro a duro" en múltiples reuniones empresariales por ciudades y pueblos. En Fomento del Trabajo Nacional, la patronal catalana, y en la CEOE, se ha analizado esa militancia activa empresarial como una de las bases determinantes del triunfo de Jordi Pujol y, de la perdida de influencia de los socialistas, que hasta aquel mometo eran la fuerza predominante en Cataluña.Eti Galicia, donde la cantidad oficial de dinero utilizada por los empresarios fue de 110 millones de pesetas, el triunfo de Alianza Popular fue interpretado por la patronal también como un éxito propio. La campaña publicitaria contra la abstcición fue muy fuerte. "No es cierto como se ha repetido en los medios de comunicación", ha dicho un vicepresi dente de la CEOE, "que la patronal se volcase en Alianza Popular. La proporción de ayudas fue de 4 a 1 a favor de UCD, lo que ocurrió es que este grupo político actuó francamente mal".

En ambos casos, la movilización empresarial fue significativa y desde luego inédita en la historia reciente. Los buenos resultados obtenidos han querido ser trasplantados a Andalucía, teniendo en cuenta las peculiaridades del caso y que la mayor parte de la opinión pública y de las encuestas dan como neta ganadora a la izquierda.

Una encuesta realizada por la Confederación Empresarial Andaluza reiteraba esta situación, por lo que muchos empresarios dan el caso como perdido. Contra esta irremediabilidad fue contra la que José Antonio Segurado, vicepresidente de la CEOE, dio hace poco tiempo una rueda de prensa, que fue criticada dentro de la cúpula patronal por su intemperancia, pero muy aplaudida entre las bases empresariales de la provincia de Madrid.

Una idea clara

En la CEOE, la cercanía de las elecciones andaluzas y la posibilidad de elecciones generales antes de fin de año, ha acelerado el proceso de discusión. "En este momento ya empezamos a tener las ideas claras", ha declarado uno de sus representantes. "Hasta ahora lo único que había eran declaraciones personales de algunos de nuestros dirigentes, pero sin una coherencia interna".El proceso de discusiones políticas no se suele dar en la patronal en ninguno de sus órganos formales de Gobierno. En las asambleas generales y en las juntas directivas los temas se abordan de modo muy superficial. Ya en el comité ejecutivo la estrategia política se discute de un modo más profundo, pero es en el llamado "segundo escalón" en el que se tratan los temas con mayor detenimiento. Este segundo escalón, informal, tiene como misión preparar las reuniones del comité ejecutivo, y forman parte de él, Carlos Ferrer, los seis vicepresidentes de CEOE (Arturo Gil, Ignicio Briones, Segurado, Pérez de Bricio, González Estéfani y Alfredo Molinas) y el secretario general, José María Cuevas. Este "segundo escalón" es el que ha estudiado la situación en Andalucía y ha tomado, en relación con los presidentes y secretarios generales de las ocho confederaciones empresariales andaluzas, la decisión de apoyar la campaña para las elecciones, desde Madrid.

El coordinador de toda esta campana seria José María Cuevas, aunque el secretario general de la CEOE lo desmienta rotundamente y afirme que el centro coordinador está en Andalucía. Según otras fuentes igualmente representativas de la patronal, Cuevas es la persona que coordina al equipo de trabajo que apoya a la CEA y Miguel Angel Olalla, uno de sus hombres más característicos en Sevilla.

Olalla fue nombrado director del Instituto Nacional de Empleo (INEM), siendo ministro de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, Jesús Sancho Rof. En la referencia del consejo de ministros en que fue nombrado, se decía de él: "Desde: 1976 es director general de Relaciones Industriales de Abengoa SA; vocal del comité ejecutivo de la Federación de Empresarios del Metal de Sevilla y de la Agrupación de Empresas de Montajes Industriales; vocal de la comisión permanente de la Confederación de Empresarios sevillanos; vocal de las comisiones de Relaciones Laborales de FEDEME, CES, Confemetal y CEOE".

Olalla es calificado por algunos de los empresarios consultados, como martinvillista, al igual que José María Cuevas y una buena parte del aparato de la CEOE (como Fabián Marquez y Julio Sánchez Fierro, asesor laboral y director del departamento de Relaciones Laborales de la cúpula patronal). Esta aglomeración de personajes, todos cercanos a una de las corrientes políticas de UCD, inquieta a algunos empresarios representativos que no se sienten indentificados con ella.

Filosofía de la campaña

La filosofía de la campaña empresarial en Andalucía está muy en relación con el nuevo rumbo que ha tomado la cúpula patronal. Tras unos meses en los que su injerencia política ha sido expresa, en las últimas semanas ha habido un cambio externo bastante visible.En la asamblea general de hace quince días, Carlos Ferrer Salat pronunció un discurso moderado, exento de críticas políticas directas a gobierno y oposición. Las razones de este cambio, que también ha sido estudiado en el "segundo escalón" de la patronal, tienen que ver con el ambiente de crispación se había producido tras la salida de la CEOE de la comisión de seguimiento del ANE y las críticas a la comisión de reforma de la Seguridad Social.

La banca, principal financiadora de la CEOE, habría advertido a Ferrer Salat y su equipo, de la necesidad de no radicalizar el ambiente de cara a unas próximas elecciones y de la necesidad de aceptar, sin ninguna política "de tierra calcinada", el probable triunfo socialista.

"Los bancos ejercen el poder, pero no lo dicen aunque todo el mundo lo intuye", explicaba un empresario a este periódico. "Nosotros debemos hacer lo mismo: ejercer nuestra parcela de poder, pero sin dar voces".

Así, en Andalucía, la campaña oficial empresarial consistirá en combatir la abstención y lograr que los empresarios arrastren con su voto a las personas más allegadas (por cada voto empresarial, cuatro o cinco votos familiares); explicar el alcance del Estatuto de Autonomía; y clarificar, según sus puntos de vista, lo que significan cada una de las opciones que se presentan.

"Si lográsemos hacer esto, el PSOE no sería nunca mayoritario en Andalucía y podría gobernar una coalición de centro derecha con participación de AP, UCD y el partido de Clavero Arévalo", ha declarado un empresario agrícola de Jerez de la Frontera.

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