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Criticas sindicales y apoyo de la industria al presupuesto británico

Andrés Ortega

El cuarto presupuesto del Gobierno de Margaret Thatcher ha sido generalmente bien acogido por la industria británica, la más favorecida por las medidas, y criticado en medios sindicales y laboristas. El canciller del Exchequer, sir Geoffrey Howe, ha logrado así desarmar al sector moderado del Partido Conservador, cercano a la rebelión si el presupuesto hubiera sido severo. Las elecciones generales de 1984 no están ya lejos.La confusión de los datos presentados tiende a dificultar el análisis. Howe señaló, el martes, que el gasto público aumentaría en 350 millones de libras. A lo que se refería es que aumentaría en 1982-1983 en esta cantidad, no sobre el año anterior, sino sobre los planes de marzo de 1981 para el año siguiente. Así, se ha presentado el aumento en el presupuesto de Defensa como de unos quinientos millones de libras (95.000 millones de pesetas) cuando, en efectivo, ha aumentado en 1.500 millones de libras (285.000 millones de pesetas), es decir, en un 11,6%, y se espera que la inflación baje a un 9% en 1982. El gasto de Defensa, la mayor partida presupuestaria después de la de la seguridad social, ascenderá, en el año fiscal abril 1982-marzo 1983, a 14.103 millones de libras (2,7 billones de pesetas).

El gasto público, calculado ahora siempre en efectivo, y no en volumen para su mejor control, aumentará este año en un 10,6%, pasando de representar un 45% del producto interior bruto (PIB) británico, a un 44,5% en 1982-1983, y calculándose que bajará a un 42,5% y a un 41% del PIB en los dos años siguientes.

Entre las partidas que se han visto beneficiadas, además de Defensa, figuran la de la seguridad social (una cuarta parte del presupuesto), desempleo y otras medidas para formación profesional de jóvenes, las empresas nacionalizadas. El presupuesto industrial se ve recortado en términos reales, como también menguan las partidas de arte y de educación. El recorte en estos últimos gastos, afectará principalmente a la educación superior, pues de la educación básica y media son responsables los ayuntamientos, que han visto sus fondos gubernamentales sustancialmente aumentados. El presupuesto para gastos en capital del sector público permanecerá estable.

Firme en su decisión de controlar la inflación, el Gobierno limitará el déficit presupu estario (las necesidades crediticias del sector público) que, por fuerza, tiene, sin embargo, que superar. El déficit presupuestario para 1982-1983 alcanzará los 9.500 millones de libras (1,8 billones de pesetas), es decir, un 3,5% del PIB. En 19821983, este déficit había sido -de un 4,25% del PIB, y se espera que baje a un 2,75% en 1983-1984.

Espíritu monetarista

El espíritu monetarista se mantiene. Las cifras cambian. El Gobierno calcula ahora que la oferta monetaria aumentará en un 8% o 12% en 1982-1983, cuando para este mismo ano pensaba, en marzo de 1981, que crecería entre un 5% y un 9%.Sigue viva la idea de una constante bajada de los objetivos monetarios, que se calcularán ahora no sólo en sierling m3 (dinero en manos del público y de la banca privada en billetes, monedas, cuentas corrientes y de depósito), sino también en m1 (monedas, billetes y depósitos a corto plazo) y en ps12, la liquidez del sector privado que incluye m3 y otros conceptos.

El canciller ha dado muestras de optimismo al presentar su presupuesto, señalando que el producto nacional bruto aumentará, en 1982-1983, en un 1,5%, tras bajar en años anteriores. La expansión vendrá causada por un aumento de los gastos de los consumidores, de las exportaciones y de las inversiones.

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