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Los candidatos democristiano, y ultraderechista rechazan los resultados de las elecciones guatemaltecas

Veinticuatro horas después del cierre de los colegios electorales, no hay resultados fiables de las elecciones presidenciales guatemaltecas. El candidato oficialista, general Aníbal Guevara, se mantiene en cabeza, y tanto el ultraderechista Movimiento de Liberación Nacional (MLN) como la coalición opositora han denunciado fraude y rechazan los resultados que está arrojando el recuento. Alejandro Maldonado, líder de la coalición centroderechista Unión Nacional Opositora, cuyo triunfo era ya seguro anoche en la capital, se proclamó anoche presidente electo y pidió la anulación de las elecciones.

Pero tanto Maldonado como Mario Sandoval, jefe del MLN, ha acusado formalmente al Gobierno del general Romeo Lucas de estar bloqueando la información electoral y filtrando, a través del centro de proceso de datos, lo que más conviene al general Guevara.En las próximas horas se esperan movilizaciones callejeras de los partidarios de Maldonado y Sandoval Alarcón. Cuando van escrutados 156 de los 327 municipios del país, el general Guevara ha obtenido 150.000 votos, contra 106.000 del fascista Movimiento de Liberación Nacional, y 100.000 de la Unión Nacional Opositora. Como se esperaba, el partido ultraderechista Central Auténtica Nacionalista (CAN), de Gustavo Anzueto, ha quedado fuera de juego, con 40.000 votos.

No hay datos de participación electoral, de abstencionismo ni de votos nulos. Las estimaciones en base a los resultados conocido anticipan que la abstención ha sido grande, aunque mucho menor que en elecciones anteriores, y que el porcentaje de votos nulos puede rondar el 10%. Estos sufragios tienen un claro valor político en un país donde hay previstas multas y sanciones administrativas para quienes no acudan a las urnas.

Alejandro Maldonado ha denunciado que su partido ha sido incomunicado telefónica y telegráficamente de sus centros de control en el interior del país. Dirigentes democristianos, cuyo partido forma parte de la coalición opositora, han revelado que sus interventores fueron obligados en algunas localidades a firmar actas falsas a punta de pistola. Representantes del MLN y de la UNO, se han retirado del Consejo Electoral en protesta por lo que califican de fraude.

El líder ultraderechista Mario Sandoval ha dicho que no acepta los resultados de las elecciones. Sandoval considera un "vil robo" el hecho de que en su tradicional feudo del este de Guatemala le aventaje en votos el Frente Democrático Popular (FDP), el grupo oficialista del general Guevara. La Unión Nacional Opositora ha recurrido al presidente Romeo Lucas, al ministro de Defensa y al jefe del Estado Mayor, recordándoles que han empeñado su palabra en la limpieza del proceso electoral. Alejandro Maldonado ha emplazado al Gobierno para que haga luz inmediata sobre los resultados de los comicios.

De confirmarse la tendencia que apunta el recuento, el Congreso tendrá que elegir al presidente de Guatemala por quinta vez consecutiva. En la Cámara legislativa, integrada por 61 diputados, los partidos del Gobierno controlan más de la mitad de los escaños, por lo que el general Guevara y su compañero de candidatura, Ponce Monroy, no tendrán dificultades para ser proclamados, respectivamente, presidente y vicepresidente de la República.

Tanto la UNO como el MLN han denunciado que, curiosamente, son los votos de lugares aislados y a menudo inaccesibles, debido a las acciones guerrilleras, los primeros en ser impugnados, mientras que siguen sin conocerse resultados de muchas ciudades importantes. La empresa de comunicaciones estatal Guatel, en cuya sede se centraliza toda la información sobre los cómputos, no ha facilitado todavía un sola proyección detallada de alcance nacional.

La noche del escrutinio estuvo marcada en Ciudad de Guatemala por algunas explosiones y fuego da armas automáticas en dos distritos residenciales y junto al domicilio del candidato ultra Mario Sandoval. No hay noticia de víctimas en estos enfrentamientos.

Por la mañana la policía dio muerte a tres supuestos guerrilleros urbanos. Testigos presenciales han contado que en un intervalo de minutos, los cadáveres de los presuntos activistas pasaron, de estar desarmados, a empuñar una pistola. La víspera fue asesinado, mediante una bomba de relojería, el coronel responsable de la seguridad del general Guevara. Su automóvil fue volado.

La afluencia de votantes ha sido mucho mayor de la prevista en todo el país. Desde primera hora de la mañana se formaron colas en los colegios electorales, tanto de la capital como del interior, y algunos de ellos tuvieron que cerrar después de la hora prevista, seis de la tarde. El censo de votantes en estas elecciones era de 2.300.000 personas, medio millón más que en las de 1978.

La votación ha transcurrido con bastante normalidad en Guatemala, pese a algunos incidentes en las zonas del Quiché, Huehuetenango y Chimaltenango, donde las acciones guerrilleras abarcaron desde la interceptación de carreteras hasta la quema de algunas urnas, pasando por la voladura de una central eléctrica.

El domingo se vivió en la capital guatemalteca con una solemnidad que rayaba en la paranoia, a medida que iba cayendo el día. La ciudad de Guatemala se fue convirtiendo con la noche en una urbe absolutamente vacía, patrullada solamente por fuerzas de seguridad. Kilómetros de estas calles trazadas con tiralíneas podían ser recorridos sin encontrar un alma. La impresión de fantasmagoría de una ciudad de la que parecían haber huido su millón y medio largo de habitantes sólo era rota por el formidable despliegue militar en torno al Ayuntamiento, donde se centraliza el recuento, y el registro electoral.

En esas zonas, las calles estaban cortadas con barreras y por tropas en unifornrie de combate apoyadas por vehículos con armas pesadas. Unidades especiales de la policía, provistas de rifles automáticos, cubrían un segundo cinturón de aproximación. Durante toda la jornada del domingo estuvo en vigor la ley seca y todas las fuerzas de seguridad han permanecido acuarteladas

En las áreas más castigadas por la guerrilla, el Ejército cerró aeropuertos, que reservó para sus aviones, y puso en estado de máxima alerta a sus unidades especiales antiguerrilleras, los kaibiles.

La avioneta en que viajaba este enviado especial no pudo tomar tierra en Huehuetenango ni en San Marcos, al este de Guatemala. La explicación dada por el segundo jefe de la fuerza aérea es que "necesitamos tener un control absoluto sobre todo lo que vuele. Son nuestras propias fuerzas, a veces con problemas de comunicación entre ellas, las que podrían disparar sobre su avión"

El acto de la votación se ha desarrollado en general con un control suficiente. Este enviado especial recorrió el domingo el país de Este a Oeste, y en cada una de las tres importantes ciudades visitadas, aparte la capital, de las que tiene testimonio directo, la votación se desarrolló con unas garantías mínimas que ha hecho de estos comicios, en su fase inicial al menos, los más representativos que ha conocido en veinticinco años este país centroamericano. Otra cosa puede ser el resultado final que se proclame.

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