El ?fantasma del retrete' era sólo un trío de ventrílocuos

El asunto del fantasma Chopper, que atemorizaba a los clientes de un gabinete de dentista cerca de la ciudad de Ratisbona, está a punto de convertirse en un auténtico acontecimiento nacional en la República Federal de Alemania (RFA), que relega a un segundo plano el escándalo de los sobornos a los partidos políticos alemanes occidentales o los problemas de política económica con los que se enfrenta la coalición gubernamental en el poder.

El jueves por la noche, el presentador del célebre programa informativo del primer canal de televisión Tagesthemen dedicó el primer comentario del programa al "espíritu malhechor", y la Prensa popular le dedicó ayer, viernes, la primera página.El subterfugio fue revelado el jueves por la tarde en Ratisbona, cuando el juez encargado de la investigación anunció ante más de cien periodistas que no se trataba de poderes sobrenaturales, sino de seres humanos con un extraordinario talento para el ilusionismo.

Tres personas pueden ahora ser condenadas a tres años de cárcel: el dentista, su esposa y la encantador a secretaria del médico, Claudia Judenmann, de dieciséis años de edad, de la que Chopper, el fantasma, aseguraba estar enamorado.

Para el diario sensacionalista Bild Zeitung no cabe la menor duda de que los tres constituyen un "trío infernal" que ha conseguido en ocho meses organizar una broma gigantesca que ha costado varios millones de pesetas al tesoro público. Por de pronto, Correos pide ya por daños y perjuicios una indemnización de 100.000 marcos (unas 4.300.000 pesetas).

El asunto empezó cuando, en abril de 1981, una clienta llamó por teléfono al dentista para pedirle cita y una voz cavernícola le contestó: "Su dentadura está ya en tal estado que no hay nada que hacer".

El espíritu resultó cada vez más impertinente y empezó a manifestarse en la consulta agrediendo verbalmente a una paciente muy escotada que no llevaba sujetador. "¿Qué has hecho con tu sostén?", le preguntó el descarado fantasma.

Insultos, injurias, obscenidades, incongruencias se sucedieron a buen ritmo, abrumando a los clientes. Todo hablaba en la consulta: la calefacción central, la escupidera, el retrete y hasta las canalizaciones de delante del edificio.

Chopper trataba, sin embargo, con más miramientos a la encantadora Claudia proponiéndole ir a bailar o haciéndole propuestas no excesivamente honestas. Finalmente, el semanario Der Spiegel ha aclarado el misterio. Tras enviar a Ratisbona a uno de sus periodistas, se preguntó públicamente si el dentista, su mujer y la secretaria-enfermera no eran todos ventrílocuos.

Claudia movía ligeramente los labios mientras entrevistaba al fantasma para la televisión y se negó a ser filmada de frente. Por otra parte, Chopper nunca se manifestaba si no estaban en la misma habitación el dentista, su esposa o Claudia. Además, las paredes de azulejos deformaban y ampliaban las voces dándoles una resonancia lugubremente cavernícola.