Supuesto plan soviético para desestabilizar la Península Ibérica
El Consejo de la Revolución ha exigido al Gobierno portugués el esclarecimiento de la existencia de un supuesto plan de subversión del régimen democrático luso, con una prolongación en España.La decisión del órgano político-militar, reunido bajo la presidencia del jefe del Estado, general Ramalho Eanes, está destinada a poner fin a una ola de rumores y acusaciones veladas difundidos por un sector de la Prensa portuguesa.
La derecha nunca dejó de agitar esporádicamente, tanto en Portugal como en otros países, el peligro de la subversión comunista: directamente, organizada por el PCP (Partido Comunista portugués), o solapadamente, a través de las Fuerzas Populares 25 de Abril, supuestamente vinculadas con ETA, KGB, Libia y las Brigadas Rojas.
Un tratamiento especial merece el caso de los tres detenidos en Lisboa la noche del pasado 12 de febrero, durante la huelga general, que confiesan ser miembros de las FP 25 de Abril y que pretendieron utilizar la radio oficial para realizar un llamamiento en favor de la insurrección nacional.
Un diario de Lisboa escribió en dos ocasiones que desde principios de año penetraron en Portugal más de setecientos individuos provenientes de los países del bloque soviético, posteriormente desaparecidos, probablemente en España; se trataría de agentes subversivos encargados de desestabilizar.
Para el Correio de la Manha, la huelga general del 12 de febrero no es más que una cortina de humo para distraer la atención de los servicios de información españoles y portugueses.
El ministro de la Gobernación afirmó que su contraespionaje no está informado y lamentó de inmediato la carencia de verdaderos servicios secretos en Portugal, a no ser los militares, que no siempre informan al Gobierno.
Recordó las declaraciones del socialista Mario Soares al diario Abc de Madrid acerca de la existencia de un plan de desestabilización de la Península Ibérica por los soviéticos.
Mario Soares corrigió las afirmaciones que se le atribuyen y precisó que se limitó a decir que, después del asunto de Polonia, es lógico pensar que el comunismo mundial estaría muy satisfecho por la creación en la Península de una situación de "caos institucional propiciadora de un golpe derechista en España".
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