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Laboristas británicos preconizan acciones extraparlamentarias

Andrés Ortega

El líder del Partido Laborista británico, Michael Foot, ganó esta semana una nueva batalla en su guerra contra la llamada "tendencia militante", en el tema de la selección de candidatos para las elecciones generales. Es justamente esta tendencia la que insiste en la necesidad de una "acción extraparlamentaria" para llevar al Reino Unido al socialismo. Treinta y dos candidatos laboristas a las próximas elecciones generales han apoyado esta idea.Según un documento publicado por The Sunday Times, la tendencia militante, grupo de afiliación trotskista, se ha lanzado a una campaña para expulsar del Partido Laborista a sus elementos moderados y convertirlo en una organización revolucionaria.

Este documento prevé, incluso, una huelga general que "llevaría al poder a la clase trabajadora", a pesar de la posibilidad de un "golpe bonapartista" con el apoyo de la corona, que podría conducir a "una guerra civil".

Sin llegar a estos extremos, 32 candidatos laboristas a las próximas elecciones generales han manifestado su apoyo a un documento del comité de coordinación del laborismo en el que se señala la necesidad de una "acción extraparlamentaria", sin que "esto contradiga nuestro apoyo individual y colectivo a la democracia parlamentaria".

Sin violencia

La acción extraparlamentaria, con marchas, manifestaciones y protestas, pero sin utilízar el recurso de la fuerza, en principio, desempeñaría, en opinión de los firmantes, un importante papel en los esfuerzos del movimiento laborista para establecer el socialismo en el Reino Unido y serviría para mejorar el contacto que existe entre los diputados y sus representados, articulando así mejor los intereses del pueblo a través del sistema parlamentario. Los firmantes atacan a la Prensa, a las multinacionales y a la City financiera de Londres.El propio Michael Foot, que mantiene un penoso silencio sobre los problemas internos de su partido, ha tenido que salir a defender inequívocamente su apoyo a la democracia parlamentaria.

A pesar de su delicada labor de equilibrista entre la izquierda y la derecha de su partido, Foot está a punto de perder el control sobre la tregua interna acordada el mes pasado.

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El comité ejecutivo nacional del Patido Laborísta decidió esta semana no apoyar, por el momento, la seleccíón de dos miembros de la tendencia militante como candidatos a diputados.

El Partido Laborista no ha sabido hasta ahora sacar ningún provecho político de las dificultades económicas por las que atriviesa en este momento el Gobierno conservador de Margaret Thatcher y ha forzado la creación del partido socialdemócrata, que tanto le preocupa. En la actualidad, la popularidad del Partido Laborista ha caído en su punto más bajo desde los años treinta.

El Partido Laborista está financiado por los sindicatos. Estcis han creado ahora un fondo especial para las elecciones, que controlarán de cerca, para que no se vaya en financiación de propaganda izquierdista. Después de todo, serán los sindicatos los que tengan la última palabra.

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