_
_
_
_

Nuevo centro para subnormales profundos en Alicante inaugurado con un solo niño

Seis años después de que terminaran las obras de construcción del centro para subnormales profundos y severos Santa Faz, situado en el cabo Huertas, de Alicante, y tras numerosas promesas de apertura a lo largo de todo este tiempo por parte de autoridades y de la Administración, el centro ha abierto sus puertas. Contra lo que es habitual en estos casos, la apertura se ha realizado sin inauguración oficial. Y es que el 25 de enero, fecha en la que se decidió abrir, tan sólo había un niño acogido en este centro, que tiene capacidad para 240 subnormales profundos y severos. A mediados de febrero, la población de acogidos había aumentado a nueve.

En definitiva, la apertura del centro para subnormales del cabo Huertas ha estado a tono con la historia misma del edificio desde que finalizaron las obras de su construcción. Una situación que ha sido calificada por Asunción Cruañes, vicepresidenta de la Comísión de Disminuidos del Congreso, como "extraña, rara y estúpida".El centro, que pretendía ser modélico en su género, terminó de construirse en 1975. Una vez terminadas las obras, de cuyo coste real nunca se han tenido cifras, aunque se piensa que costó unos quinientos millones de pesetas, el edificio quedó cerrado y en situación de abandono. Ante las presiones de las asociaciones de subnormales empezaron las promesas de apertura y las explicaciones que razonaban por qué no se abría.

Distintos problemas

Primero se habló de problemas para unir los desagües del edificio a los del alcantarillado de la zona. Después, de que había problemas para la conexión de la luz. También se argumentó que faltaban los accesos.Finalmente, y tras muchas insistencias, en febrero de 1980 el director general promete que en junio de ese mismo año estará ya contratado el personal necesario para proceder a su inauguración, y que hasta septiembre se procederá a la selección de los niños que recibirán allí asistencia. Se fija, pues, el mes de septiembre para la apertura del centro. Y como se espera que la apertura sea real, empiezan las obras de mejora del centro porque el abandono a que habían estado sometidos durante todo este tiempo los módulos que forman la edificación había dejado su huella en los mismos. De esta forma se tuvieron que presupuestar otros 35 millones de pesetas más para arreglar los desperfectos propios de toda construcción que ha estado abandonada a su propia suerte.

Pero llega la fecha prevista y el cabo Huertas no se abre. En febrero de 1981, el director general de Acción Social vuelve a prometer a la Unión Provincial de Asociaciones Protectoras de Subnormales de la provincia de Alicante la próxima apertura. Habrá que esperar hasta junio de 1981 para otra nueva promesa, esta vez por parte del delegado territorial de Sanidad quien asegura que se abrirá en octubre de ese mismo año.

Abierto por fin

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En esta ocasión llegó por fin la apertura. El 25 de enero, sin inauguración oficial, con apertura real, un niño entraba en el polémico centro de subnormales del cabo Huertas. Veinte días después, otros más, hasta completar nueve, le acompañaban en esta aventura de ser los primeros beneficiarios del centro. Porque, después de tanto tiempo esperando, el edificio tiene problemas de accesos. No hay autobús urbano que llegue hasta allí, a unos cuatro kilómetros de la ciudad. Hay que llevar diariamente a los niños en coche privado o en taxi. El camino que lleva al edificio resulta difícil para el transporte grande, para el que ha de abrirse una nueva puerta en la parte de baja, que se construirá más adelante."A nosotros", añadía el presidente de la Unión Provincial de Asociaciones pro Subnormales, "nos han dicho que el camión del butano no llega hasta allí. También nos han dicho que no hay cámaras frigoríficas, y como no disponen de medios propios para hacer todos los días la compra, no se puede abrir el comedor".

No acaban ahí las dificultades. El centro, que está clasificado como nacional y, por tanto, ha de recibir niños de toda España, parece que tiene problemas para encontrar subnormales profundos y severos que puedan recibir allí asistencia.

Según informaba la directora, "la demanda de deficientes sin atender es tan fuerte que se hizo una resolución de apertura. En esta resolución se fijaron una serie de condiciones que debían reunir los niños, entre ellas, la de que no estén atendidos en ningún otro centro. Nos estamos encontrando con que hay muy pocos niños que no tengan centro."

Las asociaciones prosubnormales ya han manifestado su protesta. "Por dos veces, la Unión Provincial ha entregado al Inserso un estudio en el que se indican edades y procedencia de los subnormales de la provincia. Las dos veces nos han ignorado. Tampoco han hecho caso del acuerdo de trasladar a cuarenta de los acogidos en Vergel al Cabo Huertas cuando éste se abriera. Pero si lo que les falta es gente, no deben olvidar que en el psiquiátrico de Alicante hay 160 subnormales profundos que están allí porque no tienen otro sitio."

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_