Polonia niega en la CSCE una supuesta campaña anticlerical del régimen de Jaruzelski

La delegación polaca en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) de Madrid negó ayer el empeoramiento de relaciones entre el régimen del general Wojciech Jaruzelski y la Iglesia de Polonia y la existencia de una campaña contra esta última institución, como comenta en los últimos días la prensa occidental. El representante polaco arremetió, asimismo, contra Gran Bretaña por su política en el Ulster.En la reunión informal de jefes de delegación, el representante británico declaró que no hay ninguna posibilidad de diálogo con Polonia mientras el gobierno no libere a los miles de presos políticos detenidos, lo que provocó la reacción polaca con el tema irlandés.

El clima de estancamiento de la CSCE persiste, en tanto los ocho países neutrales y no alineados mantienen reuniones bilaterales con el resto de los Estados firmantes del Acta de Helsinki.

La impresión dominante es que la CSCE puede prolongar sus trabajos algunas semanas más debido a la inflexibilidad de la Unión Soviética, que ha expresado su opinión de consensuar el aplazamiento en "las fechas naturales de prórroga" -esto es, el próximo período de vacaciones fijado para Semana Santa-.

Se ha sabido que el embajador norteamericano Max Kampelman ha mantenido contactos con la delegación soviética, a la que expresó el propósito de su país de concluir sus ataques contra la URSS y Polonia, desde el momento que este último país suivize la ley marcial.

Sin embargo, hoy por hoy, la CSCE está paralizada como lo demuestra la inutilidad de las reuniones del Grupo de Redacción, donde los occidentales no hacen uso de la palabra. "No hay nada que redactar", dicen, y el bloque del Este, insiste de forma testimonial en "la necesidad de desarrollar un trabajo constructivo".