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Pulso entre banca y empresa pública sobre la financiación en pesetas a largo plazo

La banca nacional y extranjera está librando un inusitado pulso con la empresa pública española sobre el coste de la financiación a largo plazo en el nuevo mercado de créditos sindicados en pesetas, en cuya batalla la última parece estar llevando las de ganar, al menos por el momento. La pugna, que se deriva de la estrechez de los márgenes en los que el Instituto Nacional de Industria (INI) quiere concertar o ha concertado los créditos sindicados en pesetas para sus empresas, es consecuencia directa de la enorme importancia que este nuevo mercado ha adquirido en su tercer año de existencia, al haber sustituido prácticamente a la financiación internacional y al concepto clásico de endeudamiento a plazo de muchas empresas españolas.

Aunque en la polémica entran en juego muchos otros factores -entre ellos, el riesgo que pueda existir de que el mercado sufra una fuerte convulsión por falta de liquidez en el caso hipotético de un endurecimiento de la política monetaria-, el problema de la estrechez de los márgenes está planteando dudas a muchos bancos sobre la rentabilidad efectiva de este nuevo mercado, al tiempo que algunos de ellos están estudiando el abandono temporal del mismo en espera de "tiempos mejores" más favorables.Entre estos últimos hay que destacar, casi en su totalidad, a la banca extranjera, cuya posición inicial favorable a la apertura de este mercado fue decisiva para su configuración y posterior consolidación.

Fuentes próximas a estas instituciones añaden a las quejas antes señaladas el problema fiscal que grava en cascada este tipo de operaciones, así como los gastos de corretaje (broker's free), que incrementan adicionalmente el costo de las mismas.

El problema de los márgenes

El principal problema, sin embargo, es la estrechez de los márgenes o spreads en los que, sobre el Madrid Interbank Offered Rate (Mibor) u ocasionalmente sobre los preferenciales, van fijados este tipo de créditos.Mientras que ha resultado razonablemente rentable la participación en los mismos en los dos primeros años de existencia de este mercado, la entrada en tromba del INI y sus empresas en el mismo ha cambiado sustancialmente las cosas, según la opinión de un experto privado.

Las primeras dificultades serias se plantearon este año con el crédito de 9.000 millones de pesetas para Iberia.

Según la interpretación de un experto, el crédito de Iberia, que adquirió la modalidad de crédito sindicado cuando fue realmente una colocación privada de tres bancos, marcó un precedente peligroso, ya que el margen, de sólo 5/8 sobre el Mibor, era excesivamente estrecho.

Por esta razón sólo tres bancos españoles (el Hispano, Santander y Exterior) decidieron participar en el mismo, pero a cambio exigieron algún tipo de compensación adicional, como fue el compromiso de colocación de una parte sustancial de su tesorería, especialmente en divisas, en las tres instituciones.

Tras este crédito se negoció en el mercado el jumbo del Instituto Nacional de Industria, por un importe de 40.000 millones de pesetas, que el banco agente, el Hispano Americano, abrió la semana pasada a la venta con un diferencial muy estrecho para este tipo de operaciones: sólo 3/4 sobre el Mibor, en su primer tramo de 20.00 millones.

Hay que señalar que el INI pretendió en un primer momento igualar las condiciones de Iberia, a lo que se opusieron terminantemente los aseguradores.

Dificultades en la colocación

Según una opinión muy extendida en medios familiarizados con este mercado, los bancos e instituciones aseguradoras (los ocho grandes españoles más la Caja de Ahorros de Madrid y la Caixa de Barcelona) van a tener serias dificultades para colocar su parte correspondiente entre los eventuales participantes, especialmente entre la banca extranjera.La razón es muy simple: con sólo 3/4 sobre el Mibor, y con las instituciones extranjeras teniendo que recurrir al mercado interbancario para la obtención de fondos, el beneficio es pequeñísimo y apenas puede compensar los gastos administrativos y fiscales que lleva implícita la participación.

Mucho más problemática aún va a resultar la venta del segundo tramo, de otros 20.000 millones, que está referido al preferencial, entre los bancos extranjeros.

En este caso, la participación sólo compensa a las instituciones locales, cajas y bancos con recursos baratos, que se verán coyunturalmente atraídos por la operación, pero sólo por el retraimiento característico del crédito normal en esta época del año.

El caso más obvio de la "batalla a la baja" que está registrando el mercado de pesetas a plazo es el crédito que. Renfe negocia con varios bancos. En este ha habido una dura batalla entre el Banco de Santander y otras dos instituciones.

Aunque el crédito parece que se ha dividido en dos operaciones distintas, una por importe de 5.000 millones ha sido concedida al Banco de Santander con un margen de solamente medio punto.

Aunque en la operación pueden haber existido acuerdos de compensación similares a los del caso de la compañía aérea Iberia, no cabe duda de que el precedente es un atractivo importante para otras empresas.

Ahí está el caso del crédito de Enher, donde el Instituto Nacional de Industria (INI) ha forzado a la empresa eléctrica a retirarse del mercado porque iba a conseguir unas condiciones mejores que las del crédito jumbo del instituto.

En esta misma línea, muchos bancos, tanto nacionales como extranjeros instalados en España, están analizando el riesgo que puede suponer el gigantesco crecimiento de este mercado en los últimos meses.

Un análisis detallado del mismo hace suponer que este año se puede superar ampliamente la cifra de casi 300.000 millones de pesetas que en 1981 se prestaron dentro de operaciones a largo plazo.

En este ejercicio, sólo las empresas del grupo INI pueden totalizar la mitad de dicha cifra, ya que muchos banqueros esperan para la segunda parte del año otra operación jumbo del instituto.

A las operaciones del grupo público hay que añadir las de aquellas empresas que, como muchas compañías eléctricas, están sustituyendo operaciones en el exterior, mucho más caras y arriesgadas en estos momentos, con financiación interna a largo plazo.

Es previsible, a este respecto, que el monto total de operaciones en este mercado supere los 400.000 millones de dólares, habida cuenta no sólo de los créditos negociados por el grupo de empresas públicas, sino por las privadas, que han visto en las operaciones en pesetas a plazo un sustitutivo mucho más atrayente que los préstamos en divisas o las típicas emisiones de obligaciones.

Este fuerte aumento de la contratación en este mercado ha renovado los temores de que se produzca una contracción del interés interbancario en un momento dado, bien porque se supera la cifra habitual de fondos disponibles en el mismo, bien porque las autoridades monetarias reducen, por razones de política monetaria, las disponibilidades líquidas.

Según un experto, este riesgo existe y es real, aunque una situación así no es previsible hasta dentro de un año.

Si este fenómeno se produce, debido fundamentalmente a un crecimiento sin control del mismo, "la situación sería aún manejable, aunque dejaría sus secuelas".

No hay que olvidar, en este sentido, que existen mecanismos alternativos para inyectar fondos en el sistema, "aunque parece seguro que habría que vivir durante un cierto tiempo con tipos de interés especialmente elevados", según la misma opinión.

Por otro lado, un interbancario restringido y con altos tipos de interés supondría, en cualquier caso, un castigo desmesurado contra aquellas empresas que han negociado créditos referidos al Mibor y con interés variable.

Es por eso que muchos expertos confían en que esa situación, por los riesgos implícitos que conlleva, no se producirá o, por lo menos, se resolverá "por la autoridad competente" en un corto período de tiempo.

La prueba del Reino de España

Otra batalla interesante se está produciendo en el mercado europeo con la petición del Reino de España de un crédito de cuatrocientos millones de dólares con uno de los márgenes más pequeños que se han negociado en el euromercado.Algunos bancos opinan que un spread de 3/8 sobre el London Bank Interbank Offered Rate (Libor), como pretende obtener el prestatario, es imposible de conseguir, y no porque la personalidad del Reino de España no se lo merezca, sino por el punto de referencia que puede marcar para salidas institucionales de otros Estados durante el resto del año.

"Si damos al Reino de España 3/8 en un crédito que no es muy grande, pese a todo, el resto de Estados prestatarios nos pedirán lo mismo", comentaba un representante de un banco norteamericano.

Subida de los diferenciales

El problema se complica aún más con el drenaje de liquidez que está experimentando el euromercado, fundamentalmente por culpa de la financiación de los déficit públicos en algunos Estados y con los menores ingresos de los países de la OPEP, lo que provocará a un largo plazo una notable subida en los diferenciales.Aun así es muy posible que el Reino de España se salga con la suya, como ya hizo el pasado año, aunque muchos posibles participantes aseguran que con el citado margen el crédito será más un private placement de los directores o jefes de fila que un crédito sindicado.

En cualquiera de estos casos, las ofertas de sindicación no parecen faltar para los cuatrocientos millones. En estos momentos existen dos muy concretas, dirigida una por el Manufacturer's Hannover y la otra por el Banco de Bilbao.

Una tercera oferta representaría a una institución española, que encabeza a un consorcio mixto de bancos nacionales y extranjeros.

En este sentido, la participación en este crédito parece ser más una cuestión de prestigio que de rentabilidad, por lo que la preocupación se reduce a las entidades que no figurarían entre los jefes de fila, sino en las participaciones.

No obstante, otros medios señalan que lo que el Reino de España pretende es sencillamente igualar las condiciones de Dinamarca, que también se encuentra en el mercado buscando setecientos millones de dólares, con doscientos millones referidos al Libor.

En esta operación, sin embargo, existe la variante de los quinientos millones restantes, que al estar referidos al prime rate compensan los bajos márgenes del primer tramo.

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