China parece dispuesta a normalizar sus relaciones con la Unión Soviética
China proyecta, al parecer, una reorientación de su política exterior, que se materializará en una normalización de sus relaciones con la Unión Soviética, señalaron fuentes diplomáticas de Pekín. El vicepresidente del Partido Comunista Chino (PCCh) y hombre fuerte del régimen posmaoísta, Deng Xiaoping, anunciará este año su dimisión con motivo del Congreso dell PCCh, informó ayer la agencia de Prensa japonesa Kyodo.
Las divergencias surgidas con Estados Unidos a propósito de la venta de armas a Taiwan constituye un serio obstáculo para un mayor acercamiento entre Washington y Pekín.Pero los observadores diplomáticos creen que una eventual normalización chino-soviética no desembocará en una reconciliación espectacular entre los "dos gigantes del mundo socialista". Se trataría simplemente de una mera reanudación de las relaciones regulares entre ambos Estados.
En un discurso de política general pronunciado a finales del pasado mes, uno de los principales dirigentes chinos lanzó implícitamente una advertencia a Estados Unidos a propósito de Taiwan, al declarar que cualquier injerencia en los asuntos internos de China era intolerable". Pero el vicepresidente del PCCh Li Xiannan dijo también que las divergencias surgidas con EEUU no debían originar una aproximación a la URSS.
Li Xiannan reafirmó a renglón seguido 1a firme postura inquebrantable" de China contra el "hegemonismo", es decir, la URSS.
A pesar de su aparente deseo de no provocar una :ruptura, China multiplicó sus manifestaciones públicas de protesta por la entrega de ayuda militar norteamericana a Formosa. La amenaza que formuló de suspender las relaciones "estratégicas" que Pekín había emprendido tras la normalización chino-norteamericana de enero de 1979 ha empezado a ser aplicada con la negativa china de respaldar a Estados Unidos er su política sobre Polonia, indican los observadores.
Si hace tan sólo un año China denunciaba la responsabilidad del "hegemonismo" soviético en la crisis polaca, ahora se limita a arremeter verbalmente contra cual quier forma de injerencia en los asuntos internos polacos. Según varios indicios coricordantes, Pekín se ha opuesto también a apoyar las sanciones adoptadas por Moscú tras la Washington contra declaración del estado de sitio en Polonia.
Parece, sin embargo, que la actitud de China sobre el tema polaco se basa, en gran parte, en consideraciones que vinculan los asuntos internacionales y la política interior.
Los dirigentes chinos han observado un cierto paralelismo entre la crisis polaca y la evolución interna de su propio país.
Concretamente, la dirección del PCCh no puede por menos de ser reticente ante un movimiento popular que amenaza con derrocar a un régimen corriunista, aunque éste forme parte de la zona de influencia soviética.
En algunas declaraciones recientes, importantes personalidades chinas recordaron que Pekín seguía preconizando la negociación para la resolución de su conflicto fronterizo con la URSS.
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