Dos figuras de la joven generación internacional

El director Myung- Whun-Chung y la pianista Novitskaia.

Concierto en re, de Mozart. Concierto en Do, de Strawinski, y la Escocesa, de Mendelssohn. Orquesta Nacional.

Teatro Real. 19, 20 y 21 de febrero.

Dos interesantes figuras de la generación ascendente fueron presentadas a los madrileños por la Orquesta Nacional en su último concierto: el director coreano Myung-Whun-Chung (veintinueve años) y la pianista soviética, nacionalizada belga, Ekaterina Novitskaia (treinta años). Ambos artistas. alcanzaron un triunfo considerable y el remiso público del Real aplaudió y braveó con largueza.

Formada en Moscú con los célebres maestros Neuhaus y Oborin -después de haber trabajado con Timakin, continuador de un discípulo de Liszt-, a los quince años, la Novitskaia gana el primer premio en el centro del que, poco más tarde, sería profesora. Tiene sólo dieciséis cuando logra el máximo galardón en el Concurso Reina Elisabeth de Bélgica.

El Concierto en re menor, de Mozart, que Ekaterina interpreta en público desde sus ocho años, nos mostró una pianista de preciosa técnica mecánica apoyada en un sonido siempre bello y equilibrado, y en un criterio interpretativo extremadamente riguroso. El ataque es profundo y de presión interna., incluso en los pianos, con lo que la calidad resulta mórbida y, a la vez, intensa.

Pureza de estilo, nobleza de fraseo muy bien articulado, exactitud de acentos, valoración de respiraciones y continuidad rítmica, humanizada por una leve flexibilidad, motivaron un Mozart impecable dentro de una visión más atenta al clasicisnio vienés que a la anticipación romántica. La colaboración de la orquesta fue más precisa en la intención que en la misma ejecución.

En cuanto a Myung-Whun-Chung, pianista de no escasos méritos, pronto se sintió llamado por la dirección orquestal que estudia en Nueva York con Sixten Ehrling. A los veinticuatro años, después de sus primeros éxitos en la Juilllard, dirige ópera y concierto en importantes centros americanos para pasar, inmediatamente, a Los Angeles, con Giulini, primero en calidad de director adjunto y luego de director asociado.

Instinto y saber

Myung-Whun-Chung nos ha revelado dos medidas de su instínto y su saber: frente al Concierto en Re, de Strawinski, inteligentemente concebido y montado, y ante la tercera sinfonía, Escocesa, de Mendelssohn. Aquí, el dominio, el aliento y la imaginación del maestro coreano brillaron a gran altura. Concibe la obra como un todo continuo para resaltar el íntimo sentido de cada movimiento y dar a la poesía de suaves tonos, propia del autor de El sueño de una noche de verano, tanta dosis de color como de vitalidad; tanto impulso lírico como fuerza motriz.

Al final del concierto, el público renovó sus largas ovaciones al director coreano, cuya primera actuación en España ha causado una excelente impresión.