El juicio y el Ejército

(...) Con sus 38 millones de habitantes, España tiene un Ejército de 360.000 hombres, de los que 100.000 pertenecen a la Guardia Civil y a la Policía Nacional. Cuenta con 36.000 oficiales y 1.300 generales. Desde hace doscientos años, este Ejército pletórico se encuentra en la situación de una guarnición del desierto de los tártaros. La ficción de Dino Buzate se hace aquí realidad: los 360.000 hombres del Ejército español no tienen nada que hacer.Desde las guerras napoleónicas, explica el director de la revista Defensa, Vicente Talón, ningún enemigo exterior ha amenazado España (...) El enernigo no podía ser más que el enemigo interior (...).

A este repliegue estratégico corresponde un repliegue psicológico. El Ejército es un asunto de familia. Generalmente, cuando se es hijo de militar, se casa con una hija de militar, se hace uno militar y se busca un piso en un inmueble militar (...). En este universo cerrado, fosilizado, cortado de la vida civil, se ha vivido durante cuarenta años de esos privilegios. Hoy se rumia la amargura ante un régimen que ya no les reconoce, y su angustia ante un terrorismo que en cinco años ha causado la muerte de 32 oficiales superiores (...).

Para un especialista de asuntos militares, como Miguel Angel Aguilar, cronista de EL PAÍS, los acuerdos hispano-americanos han tenido un efecto desastroso para el Ejército (...). Hoy, afirma el mencionado periodista, la democracia de don Juan Carlos trata a los militares con mucho más respeto y consideración. Restableció un Ministerio de Defensa y, sobre todo, aumentó el presupuesto del Ejército en un 387% (...).

Y, sin embargo, este Ejército es franquista. Es la única certidumbre que se puede tener (...). Hablando claro, se encuentra en este Ejército, frente a una minoría de demócratas convencidos y a otro grupo de ultras dispuestos a todo, una gran mayoría silenciosamente nostálgica y dispuesta a aclamar el éxito de un golpe militar, con la condición de que otros lo lleven a cabo (...).

17 de febrero