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La CEE busca garantizarse sus suministros de gas natural

Soledad Gallego-Díaz

Los países miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE) adoptarán próximamente una serie de medidas tendentes a asegurar su aprovisionamiento de gas natural, que se estima como de vital importancia. El año pasado, 1981, el consumo de este tipo de gas disminuyó en un 4,4%, debido, precisamente, "a la incertidumbre que reina respecto a ciertos contratos de importación", según se afirma en un informe elaborado por la Comisión Europea. El volumen de las importaciones aumentaron, sin embargo, en un 1,6%.La comisión califica de "acontecimiento importante" las negociaciones para la compra de gas natural procedente de la Unión Soviética y de Argelia. Francia ha firmado ya un contrato con Argel e Italia prosigue sus conversaciones con el mismo objetivo. Las condiciones del contrato para la compra de gas siberiano han sido ya aceptadas por Francia y la República Federal de Alemania (RFA) y prosiguen los contactos entre Moscú, Bélgica, Italia y los Países Bajos.

Incremento de las importaciones

Gracias a estos futuros contratos, las importaciones de gas natural procedentes de países terceros pasarán de un 28%, en 1981, a un 36%, en 1985, y a un 45%, en 1990.

La Comisión Europea propone a los Estados miembros que continúen apoyando la búsqueda de gas natural en los diez, a fin de aumentar las reservas propias de la CEE, ubicadas hasta el momento en los Países Bajos y Reino Unido. Los expertos de la CEE estiman que es necesario diversificar al máximo las fuentes de aprovisionamiento y resaltan que hay conversaciones en curso con Bahrein, Qatar, Nigeria, Camerún y Canadá. Conceden también una gran importancia a los contactos con Noruega, país que no es miembro del Mercado Común y que posee abundantes reservas de gas en el Mar del Norte.

La comisión propone que los diez colaboren estrechamente para el almacenamiento a gran escala de gas natural. Grandes almacenes podrían ser instalados en la RFA, Reino Unido, Italia y Bélgica. Los expertos señalan que la colaboración intra-comunitaria es muy importante en este sentido porque las condiciones geológicas de algunos Estados de la CEE son mejores que las de otros para este tipo de almacenaje.

En términos generales, las primeras estadísticas sobre la "situación energética" en 'la Europa de los diez demuestran que la Comunidad Económica Europea, en los nueve primeros meses de 1981, redujo su consumo en un 6,6%, así como las importaciones de materias energéticas que disminuyeron en un 17%. Las importaciones siguen representando, sin embargo, el 49,1% del consumo total comunitario. El petróleo bruto, que suponía un 46,6% del consumo interior, ha pasado a representar sólo el 39,7% en 1981.

Disminución de la producción industrial

Dado que la producción industrial de la CEE disminuyó en el tercer trimestre de 1981 en un 1,7%, mientras que en el mismo período de tiempo el consumo energético bajaba en un 7,4% está claro que la baja de la demanda no está provocada sólo por la recesión económica, sino también por una utilización más racional de la energía.

De hecho, la Middle East Economic Survey acaba de hacer público un informe en el que señala que, en febrero de este año, la demanda de petróleo se sitúa dos millones y medio de barriles/día menos de lo previsto.

"Las perspectivas del mercado", añade la revista, "son peores que nunca".

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