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Hoy, reñidas elecciones legislativas en Irlanda

Los irlandeses acudirán hoy a las urnas para votar en las segundas elecciones legislativas en tan sólo ocho meses y elegir entre el primer ministro saliente, Garret Fitzgerald, un administrador escrupuloso, y Charles Haughey, un político hábil que promete sacar al país de la crisis económica con mayor suavidad que su rival.

El líder de la oposición aplastó el martes por la noche al primer ministro, durante el primer debate electoral retransmitido por televisión en la historia de la República de Irlanda, en opinión de la mayoría de los observadores.Este debate público tenía gran importancia, ya que tanto la coalición en el poder como la oposición están igualadas en los sondeos difundidos en vísperas de los comicios de hoy.

El Sinn Fein Provisional, rama política del IRA Provisional, que presenta siete candidatos a las elecciones, no pudo, en cambio, tener acceso a la televisión porque el Gobierno de Dublín recurrió ayer contra una decisión de un tribunal que declaró inconstitucional la ley que prohibe la difusión por radio o televisión de las opiniones de miembros del IRA o de sus simpatizantes.

Aunque este veredicto supone una victoria del IRA, la rápida presentación de un recurso por parte del Gobierno bloquea su ejecución hasta que se dé a conocer una nueva sentencia. Por tanto, los dirigentes del Sinn Fenn han renunciado ya a preparar los diez minutos de emisión a los que, según ellos, tenían derecho.

Durante las dos horas que duró el debate, Haughev, jefe del Flarina Fall, apareció seguro de sí mismo, modesto y con ánimo de convencer, mientras su rival, dudoso y tenso, estuvo a la defensiva.

Fitzgerald, cabeza del partido Fine Gael, cuyo lema de campaña electoral era la honestidad política, reconoció que su Gobierno no había hecho todo lo prometido durante sus siete meses de existencia y, concretamente, fue incapaz de explicar por qué no contrató a nuevos policías e instauró una justicia más expeditiva. Tampoco se atrevió Fitzgerald a pronunciarse sobre el divorcio, que su Constitución prohibe.

En cambio, Haughey anunció la contratación en caso de victoria de dos mil nuevos agentes y se declaró en contra del divorcio. Este debate fue el punto álgido de una aburrida campaña electoral iniciada tras la caída, en enero, de la coalición formada por los partidos Fine Gael y Laborista, cuando se trataba de votar en el Parlamento un presupuesto de austeridad.

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