El Gobierno de Pinto Balsemão denuncia maniobras para subvertir el orden democrático en Portugal
El Gobierno portugués de Francisco Pinto Balsemão afirmó ayer en un comunicado que las fuerzas de seguridad han detectado "movimientos de grupos minoritarios" tendentes a subvertir el orden democrático.
Las primeras noticias acerca de la existencia de operaciones sediciosas empezaron a circular en la noche del viernes, cuando la policía anunciaba haber localizado, en el curso de una operación de control montada para impedir una manifestación de huelguistas en el centro de Lisboa, un vehículo con "material de guerra" (dos pistolas ametralladoras, dos bombas de mano y varios cargadores) y de transmisiones.Cinco de los ocupantes consiguieron huir y tres fueron detenidos y están siendo interrogados, sin que hasta pisadas veinte horas hayan sido ofrecidos elementos para su identificación.
La situación en todo el país es de tranquilidad, y los medios políticos y sindicales están sacando sus conclusiones de la huelga nacional de veinticuatro horas organizada el viernes por la CGT, con apoyo de los comunistas. Entre el "fracaso total" proclamado por el Gobierno y el "éxito rotundo" reivindicado por los organizadores de la huelga, las fuentes más objetivas sitúan el nivel de la participación en un 30% o 40% de los asalariados portugueses.
Donde más se dejó notar el movimiento fue en las grandes fábricas y concentraciones industriales, en las que el partido comunista dispone de una fuerte y ya tradicional implantación.
La CGT anuncia para la próxima semana "un plenario de sindicatos" para decidir nuevas formas de lucha y a partir del lunes están previstas una serie de huelgas en los transportes públicos.
El partido socialista y los sindicatos reformistas de la UGT, afines al Partido Socialista, se muestran preocupados por el triunfalismo del Gobierno y no esconden sus temores de que éste aproveche el momento para llevar a la práctica sus proyectos de revisión de la legislación laboral.
La UGT ha anunciado ya su intención de responder a tales amenazas con una huelga general, y todo indica que la situación laboral va a seguir agitada.
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