Liberalismo y liberales
Puso muy certeramente EL PAÍS más de un dedo en la llaga con su actualísimo editorial sobre la "Acampada liberal (de UCD) en Andalucía", llamando a capítulo al señor Calvo Sotelo por su intento, falaz, de implantar, demasiado cerca de la Isla de León, en Cádiz, un nuevo gozne ucedeo, liberaloide, que por lo gobernado desde 1979 añade a la mofa befa. Y no valdría la pena, con lo que dicho queda, hurtar espacio a cualquier otra carta al director si no me resultase exultantemente necesario reconvenir al editorialista sobre un inciso implantado en la corta enunciación de genuinos liberales como Giner de los Ríos cuando alude a don Manuel Azaña -"pese a su peripecia republicana"-. .. Pero, de verdad, ¿descalificó el acrisolado liberalismo de Azaña su peripecia republicana como gobernante?Aún más, porque, como no se le escapó al editorialista de EL PAÍS, si de Cádiz salió en 1812 la primera Constitución liberal, tan presta y aviesadamente mancillada por el rey felón Fernando VII, mucha mayor trascendencia relativa vino a tener en los ámbitos de la cultura y especialís.imamente de la educación-formación de hombres libres y tolerantes, desde hace ya más de cien años, el soplo vivificante de la Institución Libre de Enseñanza partiendo de Sanz del Río, Giner, Cossío y Castillejo, como apóstoles que recrean y españolizan las ideas de Kant, Hegel, Schelling, Wundt y Krause; que convierten en discípulos a Salmerones, Figueras y Castelares, a Valeras y Machados y Clarines y Galdoses; a Bolívares, Teranes, Gil y Gayas, De los Ríos, Ortegas, Madariagas, o Marías Zarnbrano, o De Maeztu. Mal debe andar la cartesiana mente del ex factótum de la multinacional Río Tinto advenido ajefe de Gobierno si piensa que p uede servirle de algo para el reciclaje de su magma político, en tan grave trance de consentido"deterioro, intentar apropincuarse un ideario, una manera de ser y comportarse en todos los órdenes de la vida que pugna severamente con el estilo de hacer, prebendar y "gobernar" de él y de sus congéneres. Por más que haya tenido la fortuna recíentísima de descargarse de alguno cuyo apellido lleva el terrible baldón de signatario para la inhabilitación post mortem, como profesor de instituto, de un nombre, en el mejor sentido de la palabra liberal, que se llamó Antonio Machado./
Ex periodista.
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