Atentado contra unas instalaciones mineras en Torre del Bierzo
Una fuerte explosión destruyó durante la madrugada de ayer parte de las oficinas de la mina Antracitas de la Silva, situada a unos nueve kilómetros de la localidad leonesa de Torre del Bierzo, cuyos trabajadores se han negado a volver a sus puestos por temor a nuevos atentados. La explosión, que se supone originada por dos cargas de dinamita, con un total de algo más de un kilo de explosivo, ha sido reivindicada por el GRAPO a través de una nota manuscrita hallada posteriormente en el lugar, junto con 300 metros de cable del tipo utilizado habitualmente en las labores mineras. La nota encontrada decía textualmente: "El GRAPO avisa al ingeniero. Tú serás el próximo".
Es la segunda vez en menos de un mes que se produce un suceso de estas características en las minas de la zona. Concretamente el pasado día 15 otro paquete que contenía casi tres kilos de dinamita y detonadores hizo explosión en los vestuarios de la mina Santa Bárbara, de Antracitas de Brañuelas, ocasionando la muerte de un vigilante y heridas graves a siete mineros. El paquete había sido encontrado en una percha de ropa a las 6.45 de las madrugada por uno de los trabajadores del primer relevo y entregado posteriormente en la oficina de los vigilantes, contigua a las duchas.Hasta ahora las versiones oficiales sobre este suceso eran las de que podía tratarse de una explosión accidental debida a que la dinamita, que se suponía robada, podía encontrarse en condiciones defectuosas de conservación. Las centrales sindicales, sin embargo, apoyaron desde el principio la hipótesis de un atentado contra los trabajadores.
Ayer, en medios policiales se relacionaban por primera vez ambos atentados y las investigaciones se encaminaban preferentemente a localizar a supuestos miembros del GRAPO, pasando a segundo término la hipótesis del accidente. Según estas fuentes, de carácter oficioso, al GRAPO "se le fue la mano" en el primero de estos atentados, al provocar la muerte de un vigilante, lo que probablemente no se deseaba. Se señala igualmente que las actividades de los GRAPO se habían limitado hasta ahora a la cuenca minera de Villablino, en el extremo noroeste de la provincia, y a la de Fabero, con algunos contactos en la capital de la provincia, donde en mayo de 1979 fue asesinado a tiros un brigada de la Guardia Civil.
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