Freddie Laker quiere lanzar unas 'Iíneas de áreas del pueblo'

Nada fracasa como el triunfo. Las propias cualidades que convirtieron a Freddie Laker en un mito de los vuelos a través del Atlántico Norte, le han llevado a su caída. Con su compañía en quiebra en manos de administradores judiciales, Laker no se rinde y su intrínseco romanticismo empr,esarial, basado, por supuesto, en el lucro, podría ayudarle a resucitar. Ya ha anunciado que va a lanzar unas "líneas aéreas del pueblo", en las que el público podrá invertir pequenas sumas en capital.

Freddie Laker tiene en la actualidad 59 años de edad, y a pesar de su desventura, sigue presentando esa imagen jovial que siempre le ha caracterizado. La pasión por los aviones le víno cuando en su juventud vio volar al Flínderburg. Entró a trabajar en una fábrica aeronáutica de Rochester, donde logró sus primeros ingresos con la compra a granel de latas de té, que luego revendía a sus colegas.Al llegar la segunda guerra mundial, Laker aprendió ;a pilotar aviones, adquiriendo un conocimiento íntimo de su mecánica. Poco después, logró un puesto de trabajo en la nueva British European Airways, que ah,andonó en seguida.

Con sus propios ahorros. compró unos camiones del Ejército, los revendió, adquirió entónces un cerezal del que él misme, recogió, y vendió los frutos. Se deshizo del terreno. Con estos ingresos adquirió componentes de radio, cuya reventa pronto le trajo importantes beneficios.

Pero fue un encuentro casual, con un amigo en un pub, el que le brindó la oportunidad de su vida y un préstamo de 38.000 libras, con el cual fundó Aviation Traders, comprando doce bombarderos Halifax de la BOAC, transformados para uso comercial, y con los cuales participó en el puente aéreo sobre Berlín en 1948, siendo responsable del 11,6% del volumen de productos que llegaron a aquella ciudad. Tras el puente aéreo, Laker había adquirido cien aviones y 6.000 motores que revendió como chatarra para comprarse su primer Rolls Royce.

En 1965, dimitió de su cargo de director gerente de la British United Aírways, para fundar al año siguiente Laker Airways. En 1971 anunció que iba a lanzar su skytrain (tren del ciclo) con aviones propios en vuelos transatlánticos. El sistema se resistió, pero tras seis años de lucha ante los tribunales, logró su propósito. Los precios de estos vuelos eran más de un 50% más baratos que los de las líneas oficiales, estableciendo la compra de billetes horas antes del despegue y reduciendo al máximo la burocracía. Laker llevo a Pan Am al borde de la bancarrota.

Quizá el mayor error de Laker, un hombre oportunista, obstinado, a quien le gusta hacer las cosas a su modo, sin escuchar los consejos ajenos, fue la compra, en 1979, de su primer Airbus A-300, endeudando a su empresa -siete veces por encima de su activo. En 1979, su flota de DC-10 quedó paralizada durante varias semanas, su presupuesto salió finalmente malparado con la caída del dólar respecto a la libra esterlina, y el precio d. los combustibles que siguió subiendo. Las grandes líneas aéreas bajaron sus precios, batiendo a Laker en su propio juego.

Las deudas ascendieron a más de doscientos millones de libras: Laker, demasiado optimista, había visto demasiado grande, esperando milagros. El pionero se ha arriesgado y ha perdido. Pero no está acabado. Para empezar, no está personalmente arruinado. Laker, que poseía un 90% del capital de su empresa (el otro 10% estaba en manos de su segunda mujer), nunca había invertido en ella más de 500.000 libras. Su fortuna personal sigue siendo considerable. Su anuncio de una "línea aérea del pueblo"' ha sido acogído con fervor poiun público que ya antes había comenzado a enviar donativos a un fondo de amistad con Freddie Laker, aunque las posibilidades de este proyecto son remotas.