23-F: doce interrogantes en el informe del fiscal

Inevitablemente sigue siendo asunto del mayor interés informativo y político el escrito por el que el fiscal togado, general José Manuel Claver Torrente, eleva a definitivas las conclusiones sobre los hechos del 23 de febrero. ( ... )Ante la extrema complejidad y delicadeza de los hechos que se relatan y califican en el informe del fiscal, sólo cabe hablar de cabos sueltos, el mayor de los cuales es la falta de concreción del escrito sobre la trama civil que participó en el golpe.

Lo más sensato parece formular en preguntas el estado de las perplejidades que inspira la acusación.

Esas preguntas podrían expresarse así:

¿Por qué pone el fiscal en boca de Milans, refiriéndose a la reunión del 18 de enero, la observación de que en dicha cita, preparatoria del golpe, no debía haber civiles, cuando sólo consta que la persona allí presente era García Carrés?

¿No llama la atención el hecho de que la operación Diana, para casos de emergencia dentro del Estado, se considere análoga pero no idéntica a las órdenes que dio el jefe de la División Acorazada, general Juste?

¿No resulta especialmente llamativa la circunstancia de que el comandante Cortina, del CESID, le hablase a Tejero de que varios decretos-ley estaban ya redactados e incluso firmados con vistas a la consumación del golpe militar?

¿Por quién iban a estar firmados esos decretos?

¿Qué explicación tiene el silencio que el informe observa respecto a los famosos papeles contenidos en la no menos famosa maleta del capitán Sánchez Valiente? ¿Ha existido alguna vez esa documentación? ¿Cabe interpretar que se confina este dato en el reino de la pura fantasía?

¿Cómo se explica que no hayan sido identificados los guardias civiles que ejercieron violencia física sobre Gutiérrez Mellado, si se da por sentado en el informe que los tenientes Boza y Ramos, que interceptaron el avance del vicepresidente del Gobierno hacia Tejero, no fueron los autores de tales violencias?

El hecho de que se dé por cierto el convencimiento ejercido sobre Manchado y demás responsables de la Guardia Civil de Tráfico, en virtud de la persuasiva intervención del capitán del CESID, Gómez Iglesias, ¿no favorece especialmente al teniente coronel Tejero?

¿Por qué el fiscal ha variado la primitiva acusación, aceptando con mayor frecuencia que antes la versión de Milans en el sentido de contraponerla menos con la de Armada?

¿A qué obedece la circunstancia de que el fiscal reserve tratamientos de excelentísimo señor a varios de los políticos citados en su informe y se limite a llamar señores, sin tratamiento, al presidente Suárez, al ministro de Defensa Sahagún y al socialista Felipe González?

6 de febrero