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CIENCIA

Los pioneros de los 'bebés-probeta' proyectan un banco de óvulos fecundados y congelados

Andrés Ortega

Los dos pioneros británicos de los bebés probeta, Robert Edwards y Patrick Steptoe, intentarán en el próximo futuro establecer un banco de óvulos fertilizados y posteriormente congelados. Estos planes han causado recelos morales en el seno de la comisión ética de la asociación médica británica. El banco preservaría así embriones que podrían ser utilizados por las mujeres que han aportado sus óvulos o por las que no pueden concebir del modo habitual.

A las mujeres que son tratadas en la clínica de Bourn Hall, en Cambridgeshire, donde trabajan los dos pioneros, se les suele extraer más de un óvulo para fertilizarlos in vitro con el esperma de sus maridos. Normalmente se les vuelven a implantar dos de estos óvulos fertilizados; pero una vez que se hayan desarrollado las técnicas de congelación, el resto de los embriones podrán ser almacenados para su posterior uso. La congelación permitirá reservar los embriones para su utilización en el momento óptimo del ciclo menstrual de una mujer. Para Edwards resulta más lógico y fácil congelar el embrión que el óvulo no fertilizado. En Melbourne (Australia) se han congelado y descongelado ya doce de estos embriones, pero han fracasado los intentos de producir con ellos un embarazo a una mujer.La "cadena del frío" en los óvulos Edwards quiere establecer este banco una vez que esté seguro de que los embriones humanos no se verán afectados por estas técnicas de congelación y descongelación, pues en estas operaciones se podrían producir desequilibrios cromosómicos. El paso resultaría positivo, según Edwards, pues así podrían dividirse los embriones humanos, como se ha hecho con animales, y producir clonos. Una de estas dos mitades podría utilizarse para detectar malformaciones cromosómicas, como la hemofilia. El examen de estos clonos o de otros embriones supone su división y estudio microscópico. Para el doctor Michael Thomas, presidente de la comisión ética de la Asociación Médica Británica, esta nueva tecnología «plantea problemas morales que aún no han sido resueltos». ¿Estamos creando vida o destruyéndola?, cuestiona Thomas, al tiempo que se pregunta si en este estado el embrión no es aún vida.

La citada comisión debatirá ese tema en el mes de febrero. Pero hasta que se aclare la dimensión ética de estos planes Thomas ha pedido que se suspendan todas las investigaciones y experimentos en este campo. Hasta el momento han nacido veintiocho bebés probeta en el mundo: trece, en el Reino Unido; catorce, en Australia, y uno en Estados Unidos. Otros cien están en camino, y el doctor lan Craft, que ha logrado en Londres un embarazo artificial de mellizos, se queja de que las declaraciones de los representantes de la asociación médica no están basadas en un conocimiento objetivo de los datos científicos y resultan demasiado cargadas de emociones. «Sólo ayudamos a las mujeres a tener hijos», explicó Craft.

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