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Proyecto de subir el precio de la gasolina para combatir el paro en la RFA

En Bonn se trabaja febrilmente en busca de dinero para poner en marcha un programa coyuntural contra el paro. La última idea que se discute es la elevación de tres pesetas en los impuestos sobre la gasolina para conseguir la financiación adecuada.Después de que se abriese paso la convicción de la necesidad ineludible de un programa contra el paro, la disputa continúa abierta sobre la forma de financiación. El Estado no puede contraer más deudas porque el volumen del déficit público es ya alarmante y además se elevarían los intereses, lo que fomentaría la recesión económica.

Los liberales no admiten una sobrecarga impositiva extraordinaria sobre el impuesto sobre la renta, que perjudicaría a su clientela electoral, los de ingresos más altos.

Los socialdemócratas parecían haber aceptado el plan de elevar desde un 1% hasta el 14% el impuesto sobre el valor añadido; pero de forma inexplicable el padre de la idea, el ministro federal de Economía, el liberal conde Otto Lambsdorff, dio marcha atrás.

El ministro federal de Hacienda, el socialdemócrata Hans Matthoefer, ha recurrido a su niña querida, el impuesto sobre los aceites minerales, el combustible y la gasolina. Según los planes de Matthoefer, con una subida de tres pesetas por litro de gasolina, además de incrementos en los impuestos sobre gas natural y otros combustibles, se podría conseguir el capital necesario para financiar un programa contra el paro. El ministro espera al mismo tiempo una serie de efectos beneficiosos de la medida: descenso en el consumo de gasolina, menos importaciones de petróleo, menor déficit en la balanza de pagos de la RFA, lo que permitiría mejorar la situación del marco, y, al mismo tiempo, bajar los intereses. Esta bajada de intereses tendría el efecto beneficioso de actuar de reactivador de las inversiones y crear más puestos de trabajo. Aparentemente todo resulta muy bonito, casi parece que se hubiese encontrado la piedra filosofal, pero todo esto son de momento poco más que las cuentas de la lechera, mientras las cifras de paro aumentan y se escuchan ya los bramidos de los automovilistas ante una posible subida de la gasolina.

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