_
_
_
_
SALUD

La Real Academia de Medicina condena el aborto ante una posible legislación al respecto

La Real Academia de Medicina celebró el martes pasado una sesión pública sobre el aborto, en la que disertaron como conferenciantes los académicos doctores Botella, Clavero y Piga. La sesión terminó con la propuesta hecha por el secretario perpetuo, doctor Matilla, de que la Academia eleve a las Cortes un dictamen médico de condena al aborto en el momento en que el Parlamento se ocupe de legislar sobre el tema.El primer conferenciante, doctor Botella, que se declaró claramente contra el aborto, igual que lo harían en el momento de sus respectivas disertaciones los otros dos ponentes, comenzo argumentando sobre la unión entre sexo y reproducción: «El sexo no hubiera sido creado si no fuera por la necesidad de garantizar la continuidad de las especies». Para el doctor Botella, esa unión ha existido siempre «hasta la segunda mitad del siglo XX, en que la humanidad parece querer liberarse del yugo y la servidumbre reproductora. El que la tecnología de los anticonceptivos no se haya puesto a punto hasta la década de los sesenta indica que la humanidad ha sentido repentinamente la necesidad de disociar sexo y reproducción. Vemos crecer la terrible epidemia del aborto como consecuencia de la revolución sexual, la cual, a su vez, es consecuencia de la mal comprendida revolución cultural».

El doctor Botella considera que el aborto es condenable desde el punto de vista biológico, sin necesidad de entrar en discusiones teológicas sobre cuándo adquiere el alma el embrión. «Desde el momento de la fecundación hay una vida nueva».

El doctor Clavero centró su exposición en el plano biológico, con una detallada descripción del crecimiento del embrión desde las primeras semanas del embarazo. Para él, está demostrado que el embrión realiza una actividad y una serie de funciones vitales, muy precozmenté. Así, puede afirmarse que la actividad cardiaca, que comienza en la tercera semana de forma muy rudimentaria, se consolida ya en la, octava semana, en la que el corazón ya tiene su forma definitiva y sólo cambiará el ritmo cardiaco. Es también en la octava semana de gestación en la que se han detectado los primeros movimientos del feto, así como los primeros movimientos respiratorios a modo de boqueadas. El doctor Clavero ilustra con un ejemplo la,existencia de esta actividad respiratoria: «En hospitales de Nueva York, Estado en el que está permitido el aborto tardío, las enfermeras destinadas al departamento de abortos citan como especialmente desagradable la experiencia de tirar fetos boqueantes a los que no ha matado el suero en el útero».

El doctor Piga, por su parte, da un repaso histórico a las legislaciones sobre el aborto en los diferentes pueblos, repaso que demuestra la variedad de criterios en el enjuiciamiento de estas prácticas, desde su consideración como delito similar al homicidio hasta la permisividad. «Estamos convencidos de que el llamado aborto criminal no se soluciona con las medidas que el derecho ha adoptado hasta ahora, y que es preciso la adopción de normas de otra índole para poder salir de la situación actual». Las medidas preventivas serían, según el doctor Piga, más eficaces que una legislación dura, porque «es demasiado simple pensar que la mujer que busca la interrupción del embarazo tiene un alma comparable a la de la homicida, sino que obra por unas fuertes razones de orden moral, social, económico o cultural, de las que ella es la primera víctima».

La sesión terminó con intervenciones de otros académicos, expresando su acuerdo con los confexenciantes y discrepando con el doctor Llorca, el cual planteó en su intervención la duda de si la interrupción del embarazo significa la interrupción de una vida o sólo de una vida potencial.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_