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La Iglesia polaca advierte a los militares que puede estallar una guerra civil si no se levanta el estado de sitio

La Iglesia católica polaca ha advertido a las autoridades militares que puede estallar una guerra civil si se perpetúa el estado de sitio implantado el pasado 13 de diciembre. En un mensaje pastoral que será leído mañana en todas las iglesias, los obispos denuncian muy duramente la ley marcial bajo la que vive su país, según informa la agencia France Presse. Por otra parte, más de cien intelectuales polacos han enviado un manifiesto contra el estado de sitio y la ley marcial al Parlamento (Sejm) y al primado, Jozef Glemp, señala el corresponsal en Varsovia del The New York Times.

"En nombre de la libertad consideramos que debe ser restablecido el derecho de los trabajadores a organizarse en sindicatos independientes y autogestionados y que la juventud puede organizarse de forma similar", dice el documento episcopal.En su mensaje, redactado el pasado martes, los obispos afirman que las violaciones de la libertad y de los derechos humanos que conlleva el estado de sitio no pueden llevar más que "a la protesta, la rebelión e incluso a la guerra".

Reiniciar el diálogo

"Es necesario", proclaman los, obispos, "reemprender el diálogo entre el poder y la población. Este diálogo puede ser difícil, pero no imposible. Todo el mundo espera el diálogo, y nosotros, también".

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Los responsables de las diócesis polacas añaden que "el proceso de renovación inaugurado en agosto de 1980 aportó grandes valores a nuestra vida social y nacional. No solamente se consiguió la solidaridad obrera, sino de toda la nación, que unida vivió una emoción patriótica. Estos valores no pueden ser aniquilados. Siempre hay la esperanza de un mañana mejor, a pesar de los dolores de hoy".

No pasa inadvertido el hecho de que esta especie de ultimátum al general Jaruzelski se publique veinticuatro horas antes de que el Sejm se reúna para votar la aprobación del estado de sitio en las sesiones de los días 25 y 26.

Ayer, la agencia oficial Pap informó que el Parlamento "introducirá seguramente algunas correcciones" a los decretos imperantes sobre el estado de sitio. La dura posición de la Iglesia aparece como una forma de presión para tratar de impedir una votación legislativa que otorgue rango de ley a la política represiva. En este contexto debe verse la reciente entrevista entre Glemp y el presidente del Partido Democrático (aliado del comunista POUP), Edward Kowalczyk, quien en los últimos tiempos se distinguió por mantener una criterio relativamente independiente en el Sejm.

La dura condena de la ley marcial y la represión imperantes en Polonia, firmada por más de cien intelectuales y artistas polacos, incluye un llamamiento a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y es la más importante protesta de este tipo desde la implantación de la ley marcial.

El documento solicita la suspensión del estado de sitio, la liberación de los detenidos y el fin de "la represión" contra los miembros del sindicato Solidaridad, así como la reanudación del diálogo entre la Iglesia, Solidaridad y "las autoridades legalmente elegidas".

"Los métodos utilizados para intimidar y esclavizar a la sociedad causan nuestra indignación y protesta", dice el manifiesto. "Protestamos contra la brutal represión de los obreros y las huelgas por la policía y el ejército". El escrito denuncia los disparos contra la población, los ataques de que es víctima y la detención de miles de personas en prisiones y campos de internamiento.

"Juzgamos como ilegal las prácticas contra la dignidad humana forzando a la población a hacer declaraciones del lealtad al régimen, utilizando diferentes métodos de presión y despidiendo de su trabajo a quienes rehusen hacerlo", añade el texto. La petición está encabezada por el principio de acuerdo internacional según el cual todas las naciones tienen el derecho a la autodeterminación y a su propio desarrollo político, económico, social y cultural.

El documento dice, finalmente, que desde la ocupación nazi en la segunda guerra mundial y el período estalinista de los años cincuenta jamás hubo tantos campos de concentración y prisiones en Polonia como en estos momentos.

Las fuentes que han distribuido el manifiesto dijeron que se envió al Sejm y no al Consejo Militar de Salvación Nacional, porque los firmantes no reconocen al poder militar legitimidad alguna.

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