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Una astrónoma soviética, en huelga de hambre para poder casarse con un francés

Inna Lavrova, de 43 años, una modesta astrónoma de la Academia de Ciencias de la URSS, ha sido hospitalizada al cumplir un mes de huelga de hambre. Lavrova inició su protesta el pasado 21 de diciembre con el fin de obtener permiso para casarse con Guy Torrent, un ingeniero francés de 54 años.Inna y Guy están viviendo un tempestuoso idilio en plena madurez. Guy trabajó hace tiempo en Moscú, pero intimó con Inna hace seis años, cuando ésta vivía en Francia, en donde su anterior esposo estaba destinado como funcionario de la oficina comercial soviética en París.

En diversas ocasiones, las autoridades de la URSS han negado a Guy el correspondiente visado para entrar en el país y casarse con Inna. La misma respuesta recibió ella cuando solicitó un permiso para salir hacia Francia y encontrarse con Guy.

Los jefes de Estado de la URSS y de Francia, Leónidas Breznev y François Mitterrand, han recibido sendas cartas de Inna, en las que ésta reitera sus deseos de poder ver a su novio y contraer matrimonio.

Poco antes de que Inna fuese hospitalizada mostró su confianza en que el presidente francés pudiera arreglar el problema. La huelguista de hambre ha perdido doce kilos desde el inicio de su protesta y sufre vómitos y mareos.

El ingeniero Torrent trabajo en la construcción de la Embajada soviética en París y en la del hotel Cosmos, de Moscú (un gran albergue puesto en marcha por los franceses en vísperas de los Juegos Olímpicos). En 1980, Torrent entró en la URSS con un visado turístico y presentó una petición de matrimonio. Antes de que ésta fuera concedida tuvo que abandonar el país por habérsele caducado el permiso de estancia, y desde entonces no consiguió uno nuevo.

Se da la curiosa circunstancia de que el primer marido de Inna -el que estaba destinado en la oficina comercial soviética en París- mantiene de forma discreta las reivindicaciones de ella y está de acuerdo con el proyecto de nuevo matrimonio. Según fuentes francesas en Moscú, incluso habría sido represaliado y despedido de su trabajo por adoptar esta actitud.

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Inna, que trabaja desde hace ocho años en la Academia de Ciencias de la URSS, ha pedido al presidente de este influyente organismo, Anatoli Alexandrov, que medie en el problema.

Alexandrov tuvo precisamente un papel muy importante en la solución de la huelga de hambre del premio Nobel de la Paz Andrei Sajarov y de su esposa, Elena Bonner, quienes, a finales del pasado año, se negaron a ingerir alimentos hasta que su hijastra política, Lisa Alexeleva, pudiera viajar a Estados Unidos para encontrarse con su esposo, con el que se había casado por poderes.

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