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Los archivos de la CNT depositados en Amsterdam, podrán ser trasladados a España en 1984

Soledad Gallego-Díaz

Más de cuatro mil fotografías, cincuenta grandes cajas con miles de documentos inéditos y una película que no fue exhibida nunca constituyen el impresionante archivo de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Federación Anarquista Ibérica (FAI), que podrá ser trasladado a España en los dos próximos años, gracias al contrato que firmaron ayer en Amsterdam los representantes legales de la CNT y del Instituto Internacional de Historia Social, depositario del mismo desde mayo de 1939.

El archivo, "un material indispensable para conocer la historia de la guerra civil española", según palabras del secretario general del instituto, Joham van der Leew, ha permanecido inaccesible hasta ahora a todo el mundo, incluidos los historiadores especializados en la guerra de 1936-1939. Los propios responsables del instituto se han limitado, en los 43 años en que permaneció en su poder, a realizar un inventario, pero no estuvieron autorizados a estudiarlo. Las cincuenta cajas -que contuvieron en otra época fusiles Mauser- fueron trasladadas desde Amsterdam hasta Londres durante la ocupación nazi de los Países Bajos y volvieron al instituto poco después de finalizar la segunda guerra mundial. Dos de ellas, según ha podido constatar EL PAÍS, se encuentran en mal estado a causa de la humedad y no han sido aún inventariadas.Las negociaciones para recuperar los archivos se han prolongado durante cerca de seis años, debido a que el depósito fue realizado por tres personas -Pedro Herrera, Andrés Nicolás y Mariano Vázquez- que ya han fallecido y a que los directores del instituto (una organización privada que está considerada como el mejor centro de documentación del mundo sobre movimientos libertarios) se negaron a entregarlo a la CNT mientras que no fuera un sindicato reconocido legalmente en España. Pese a que dicha legalización se produjo en 1977, y a que las negociaciones se iniciaron inmediatamente, el proceso que desembocó ayer en la firma del contrato ha sido "espinoso". Militantes de CNT protagonizaron en el último año una ocupación simbólica de la Embajada de los Países Bajos en Madrid y de la propia sede del instituto, en Amsterdam, para reclamar la devolución del archivo. "Se trata de una historia pasada, que no tiene importancia. Ahora hay que pensar en el futuro", declaró Van der Leew.

Según el contrato firmado ayer, los documentos continuarán depositados en el instituto durante los próximos dos años, a fin de dar tiempo a que sean microfilmados. La CNT lo ha decidido así como "compensación" por los 43 años en los que el instituto actuó como guardián del archivo. En los próximos veinticuatro meses, sólo un equipo de historiadores españoles, integrado, entre otros, por Juan Gómez Casas y José Luis García Rúa, procederá a examinar y a estudiar detalladamente el, contenido de las cincuenta cajas, cuyo destino final será la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, que la CNT ha promovido ya. Durante este mismo período, la CNT utilizará un determinado número de fotografías para organizar algunas exposiciones.

"El contrato", explicó el secretario nacional de la CNT, José Bondía, que estaba acompañado por el abogado Rafael Burgos, "establece una cláusula según la cual el instituto no podrá utilizar hasta 1989 documentos que puedan herir a personas que aún viven". "En general, no creo que la CNT haga uso de ese derecho", añadió.

Una rápida lectura del inventariado permite adelantar que el archivo contiene numerosos documentos sobre los acontecimientos de mayo de 1937 en Cataluña (persecución del partido trostkista POUM), sobre la represión ejercida por los comunistas a lo largo de la guerra civil contra los anarquistas, correspondencia de Manuel Azaña, Francisco Largo Caballero y Juan Negrín, entre otros políticos de la época, informes de carácter militar y documentos sobre las colectividades y obras sociales de retaguardia. Figuran inventariados, entre otros, el archivo del ministro de Instrucción Pública Segundo Blanco y el del subcomisario general de Guerra Miguel Gómez Inestal, así como numerosas estadísticas sobre problemas sanitarios y cientos de documentos sobre las actividades internacionales en apoyo de la CNT-FAI y de la República.

Como curiosidad se puede mencionar una "memoria acerca de las posibilidades de sublevar en contra de los facciosos las cabilas del sur de Marruecos y del Sahara español", fechada en febrero de 1938, cartas de la anarquista norteamericana Emma Goldman, representante en Londres de la CNT, y los escritos de calificación del fiscal de la República contra el POUM.

Aunque no se puede asegurar nada hasta que los archivos hayan sido rigurosamente estudiados por historiadores y especialistas, la lectura del inventariado indica que existen numerosos informes y documentos relacionados con la actuación de los comunistas a lo largo de la guerra civil, y detallados estudios y críticas sobre el desarrollo de las operaciones militares.

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