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Vuelve a producirse una importante evasión fiscal, según Álvarez Rendueles

Los grandes bancos están en una actitud cerrada en cuanto a la salida de la deuda pública a corto plazo, mientras que el Banco de España es decidido partidario de su emisión a partir de este mismo año. Hoy, los banqueros aceptan la democracia como un hecho irreversible. Paralelamente, el miedo al fisco va desapareciendo de forma progresiva y vuelve a producirse una importante y preocupante evasión fiscal. Estas afirmaciones fueron hechas ayer en Gijón por José Ramón Álvarez Rendueles, gobernador del Banco de España.

Álvarez Rendueles manifestó que la recomendación de no superar el 8% sobre los fondos propios en el reparto de dividendos de los bancos fue formulada por el Banco de España hace unos quince días, si bien este asunto no fue tratado en el almuerzo celebrado recientemente con los ocho grandes.El Banco de España está decidido a buscar el ahorro en todos los planos, y en este sentido considera necesaria la emisión de la deuda pública a corto plazo. "Comprendo", agregó, "que estamos ante un año difícil, que puede haber compromisos políticos, líos electorales, pero yo estoy por encima de la política. En el Banco de España tenemos como 740.000 millones de pesetas en bonos y certificados de depósito, que se colocan básicamente entre los bancos y cajas de ahorro. Pero yo propongo que esa deuda pueda ser suscrita directamente por el ciudadano, que tendrá el respaldo más seguro de todos".

En opinión del gobernador del Banco de España, si cualquier persona pudiera acceder a esta deuda pública a corto, el tipo de interés podría reducirse del 16% o 17% al 13% o el 14%. "El problema", dice, "es que la banca se opone a la desintermediación".

El gobernador del Banco de España destacó, como problema muy preocupante, la reaparición del fenómeno de la evasión fiscal tras su reducción en los años 1976 y 1977, que ha pasado de emerger tímidamente a tomar graves caracteres al disminuir el miedo al fisco. En su opinión, resulta imprescindible continuar la reforma fiscal y evitar la demora de la implantación del impuesto sobre el valor añadido (IVA).

También comentó que los grandes banqueros aceptan la democracía como un hecho irreversible, adelantándose posiblemente en esta actitud a los empresarios, aunque hace dos años no tenían, probablemente, tan clara esta condición, quizá por la nostalgia de volver a encontrar la solución a cualquier problema en algún despacho de la Administración del Estado. "Yo creo", concluyó, "que los empresarios también consideran hoy que la democracia es la única salida para España, pero debo reconocer que es, un sector al que conozco menos".

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