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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sobre Polonia

El hecho de que el Gobierno de la República Popular de Polonia haya implantado el estado de sitio indefinidamente sobre todo el te rritorio nacional ha servido como detonante a todos los oportunistas del espectro político español para que todos éstos exploten este tema con vistas a convertirlo en una mercancía de fácil venta política: por un lado, nuestro Gobierno expresa "su honda preocupación por la situación de los obreros polacos, ¡naturalmente!". Por otro lado, nos encontramos con los re buznos anticomunistas de la dere cha ultrarreaccionaria y fascista, con el anticomunismo lastimero de los "socialistas" y con las mentiras seudoizquierdistas de anar quistas y trotskistas. Es por todo esto por lo que me veo obligado a precisar:

1) Que el Gobierno polaco ha actuado responsablemente ante el clima de caos y anarquía reinante en el país, así como ante la inminente ruina económica provocada por el aventurerismo huelguístico de Solidaridad.

2) Que el ejército y la milicia han intervenido sólo en última instancia para evitar una guerra civil que, sin lugar a dudas, hubiera sumido al país en un baño de sangre. Prueba de ello son las palabras de Lech Walesa, pronunciadas el pasado 3 de diciembre, en Radón, ante el Presidium de Solidaridad, en que afirmaba que "el enfrentamiento era inevitable". Todo esto ha, sido ratificado, definitivamente, por el descubrimiento de importantes arsenales de armas encontradas en los- locales de Solidaridad.

3) Que el artículo 116 de la Constitución española prevé la instauración de los estados de alarma, excepción y sitio ante su puestos de extrema gravedad, sin que ello derogue la vigencia constitucional. Es por tanto falsa la calificación de golpe de Estado dada a tales sucesos por la Prensa burguesa y las agencias imperialistas. Estas, medidas han sido, tomadas tan sólo provisionalmente, y la asunción de tales compete a un Estado de derecho en ejercicio de su legítima soberanía. Es por tanto por lo que sólo se puede considerar como chantajes a las continúas presiones de los medios imperialistas en su afán de internacionalizar el conflicto./

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