Un comunicado de ETA militar asegura que José Lipperheide se encuentra en perfecto estado de salud
Una persona que se identificó como miembro de ETA militar manifestó, en llamada telefónica efectuada a primera hora de la madrugada de ayer al diario vasco Egin, que "el arrestado José Lipperheide Heinke está en perfectas condiciones de salud" y anunció que "mandarán condiciones para su liberación". Mientras tanto, se tiene la impresión de que un intermediario de la familia de aquel ha contactado ya directamente con ETAm para conocer dichas condiciones, que probablemente consistirán en la exigencia de un elevado rescate.
Eso es al menos lo que parece deducirse del contenido del comunicado de ETAm en el que no se hace mención a la posible exigencia de contrapartidas de carácter político y se insiste mucho en la solvencia económica de la familia Lipperheide. "José Lipperheide", se afirma en el comunicado, "nunca ha estado arruinado ni en la actualidad se encuentra en mala situación económica"."Este arreglo", explica ETAm en el comunicado, "se inscribe dentro del contexto de lucha antioligárquica y antiimperialista que la clase obrera y los sectores más populares de Euskadi están llevando a cabo contra su principal enemigo: el gran capital. La familia de José Lipperheide tiene poderosas vinculaciones financiero-industriales -más de catorce- y, entre ellas, José es financiero de Metal Química del Nervión, Indumetal, Española de Zinc, etcétera".
Tal y como se creyó advertir desde el primer momento, el de José Lipperheide es un secuestrado de familia -tal y como sucedió en el secuestro de Javier Ibarraen el que la exigencia de un rescate se dirige no sólo a los hijos del secuestrado, sino a toda la familia, incluidas ramas menos directas. ETAm precisa este aspecto bien claramente en su comunicado al referirse, no tanto a la situación económica de José Lipperheide como a la de "la familia Lipperheide".
La economía de la familia
Su portavoz, José Antonio Lipperheide, hijo del secuestrado, no quiso valorar esta parte del comunicado de ETA y únicamente afirmó: "Me limito a repetirles que la situación económica de la familia no es, a todas luces, tan boyante como lo era hace quince años". En este sentido, fuentes de toda solvencia del mundo de la banca y del empresariado vasco indicaron a EL PAÍS que, efectivamente, la situación económica de los negocios de la familia del secuestrado no está en la actualidad en su mejor momento, e incluso algunas de sus empresas conocen dificultades económicas. Sin embargo, se considera en estos mismos círculos que la familia Lipperheide posee notables influencias en el mundo financiero.Al preguntarle a José Antonio Lipperheide si el comentario que había hecho el día anterior, al recordar que su padre una vez le dijo que si le secuestraban no pagase dinero por él, significaba que la farnilia iba a respetar el criterio del secuestrado respondió: "Conté algo anecdótico de mi padre, este tipo de cosas que se comentan viendo la televisión y sale el tema. Eso no quiere decir que nosotros vayamos a obrar en consecuencia con el criterio de mi padre, porque nuestro deseo es vol-vernos a reunir con él y para ello estamos incluso dispuestos a canjearnos por él".
Los principales miembros de la familia Lipperheide, entre ellos Federico, el hermano del secuestrado, y José Federico, el sobrino, vicepresidente del Banco de Vizcaya, se reunieron ayer por la mañana en el Gobierno Civil de Vizcaya con su titular, a instancias de ese último. El tema de conversación habría sido la valoración del último comunicado de ETAm. Parece que también estuvo presente el jefe superior de policía de Bilbao.
Se especuló también con la presencia en la reunión de Manuel Ballesteros, director del Mando Unificado para la Lucha Antiterrorista, que se afirmaba había llegado ayer a Bilbao para dirigir la operación policial en torno al secuestro, pero este extremo no llegó a confirmarse. En fuentes del Gobierno Civil de Vizcaya se consideraba ayer totalmente falsa la noticia según la cual habrían sido trasladados al País Vasco sesenta miembros de la Brigada Central de Información".
En torno al secuestro de José Lipperheide, Mario Fernández, nombrado recientemente vicepresidente del Gobierno vasco, declaró ayer a EL PAÍS que "la solución feliz de este secuestro es de la máxima importancia para el País Vasco". "Hay que descalificar cualquier secuestro", prosiguió, "por lo que significa la acción en si y, en este caso concreto, por tratarse de un empresario, por el perjuicio que puede producir entre la población en general y entre la clase trabajadora en particular".
Mario Fernández manifestó también que las constantes declaraciones de mandos policiales o ministros en torno a desmantelamientos de ETA, "tienden a producir en esta organización la tentación de dar una respuesta con el ánimo de desmentirlos".
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