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El Gobierno marroquí vincula la situación en Gibraltar al problema de Ceuta y Melilla

El ministro marroquí de Asuntos Extranjeros, M'hamed Bucetta, declaró en Marraquech que Marruecos "debe recuperar Ceuta, Melilla y las islas vecinas, así como las partes orientales (Sahara central argelino)". En un acto conmemorativo de un aniversario más del manifiesto por la independencia del 11 de febrero de 1944, organizado por el partido del Istiqlal en la citada ciudad de Marraquech, el ministro de Asuntos Exteriores marroquí dijo que "esa liberación es responsabilidad que incumbe a nuestros hijos".

En el mismo sentido, y dentro del del mismo marco de actividades conmemorativas, el secretario de Estado para Asuntos Extranjeros, Abdelhak Tazi, pidió en la ciudad minera de Juribga que España negocie con Marruecos, con espíritu de equidad y sentido común, la "restitución de las dos ciudades expoliadas (Ceuta y Melilla)".Ayer también el ministro de Estado y portavoz oficioso de palacio, Ahmed Alaui, publicó un editorial en el diario Le Matin titulado "Gibraltar, roca española; Ceuta y Melilla, ciudades marroquíes", en el cual invitaba a España a adoptar con respecto a Ceuta y Melilla la misma actitud que Madrid solicita de Londres con respecto a Gibraltar.

"España, escribía el ministro marroquí, no puede ignorar las reivindicaciones legítimas de Marruecos sin renegar al mismo tiempo de su! reivindicaciones, también legítimas, sobre Gibraltar. La mejor protección de España", concluía Ahmed Alaui, "no es su presencia sobre varios puntos de la costa marroquí, sino la amistad de Marruecos".

Estas son las primeras alusiones a esté problema por parte de tres ministros marroquíes desde que el presidente Calvo Sotelo decidiera, de acuerdo con la primera ministra británica, Margaret Thatcher, abrir de nuevo la verja entre Gibraltar y Algeciras.

Con gran interés, pero también con gran moderación, se ha venido siguiendo en Marruecos la más reciente evolución en las conversaciones hispano-británicas sobre Gibraltar. La Prensa ha informado ampliamente del viaje efectuado hace unos días por Leopoldo Calvo Sotelo a Londres y la decisión de volver a abrir la verja a partir del próximo 20 de abril y reanudar conversaciones para la restitución a España de aquella plaza.

El diario istiqlalí L'Opinion fue el primero en relacionar el tema de Ceuta y Melilla con Gibraltar, pero es evidente que esta asociación está presente en el ánimo de todos los marroquíes, ya que constituye la doctrina oficial de Marruecos con respecto al tema. La moderación de esta Prensa contrastaba una vez más con el tono mordaz, a veces, del diario comunista Al Bayan e, que ayer también publicaba un editorial en el que se afirmaba que "la OTAN es la que tiene la solución del problema. Madrid, al afiliarse al Pacto Atlántico, deja a esa alianza, guiada por Washington, y en la cual se encuentra (muy a gusto) Londres, todas las instalaciones de la gran base que cierra el Estrecho".

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Para el diario, "Marruecos no puede asistir como espectador pasivo a esta redistribución de cartas que, pone en peligro sus derechos nacionales legítimos y también el equilibrio estratégico de una región clave. Toda evolución positiva para Madrid en sus reivindicaciones debe ir acompañada de un progreso similar en la nuestra, y la cuestión de Gibraltar y Ceuta y Melilla debe solucionarse por el sistema tan apreciado por Washington del linkage". El periódico terminaba solicitando del Gobierno marroqui que reactive "una accion multiforme y en todos los frentes, para recuperar lo que le pertenece de manera indiscutible: Ceuta, Melilla y las islas Chafarinas".

Al margen de las ideas que el Gobierno español y la opinión pública española se hacen sobre la cuestión, y de la postura oficial de Madrid de negativa a admitir una relación entre Gibraltar y Ceuta y Melilla, es indudable que para Marruecos ambos asuntos están estrechamente conectados, y que el comienzo de la restitución a España de Gibraltar debe dar lugar inexorablemente al planteamiento de la reivindicación marroquí sobre las plazas.

Las críticas acerbas aparecidas fundamentalmente en la Prensa comunista marroquí en relación con la decisión del Gobierno español de integrar a España en la Alianza Atlántica, aunque probablemente no tradu.cen solamente al estado de ánimo de los comunistas marroquíes, sino también la preocupación de la URSS, son indicativas. de la aparición tal vez prematura de un nuevo contencioso entre España y Marruecos, silenciado desde hace mucho tiempo.

El estado actual de las relaciones entre España y Marruecos, que ha mejorado sensiblemente desde la llegada al poder de Calvo Sotelo, y las constantes reiteraciones marroquíes en sentido conciliador, permiten suponer que Marruecos desea ante todo encontrar una solución negociada con España. Esa solución, no obstante, no implica en ningún caso que Rabat esté dispuesta a transigir sobre el tema fundaffiéntal, que es la reivindicación de la soberanía sobre ambas plazas.

Nunca después de la firma de los acuerdos tripartitos de Madrid sobre el Sahara, en 1975, se había hablado tanto en Marruecos sobre Ceuta y Melilla como en los dos últimos años.

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