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Rachel Adams:“La IA puede crearse en cualquier lugar, incluso en Latinoamérica”

La fundadora y CEO del Centro Global de Gobernanza de la IA participa de la plenaria del segundo día del el Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe que se celebra en Ciudad de Panamá

Rachel Adams, en su presentación en el segundo día del Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe
Rachel Adams, en su presentación en el segundo día del Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe, que se celebra en Ciudad de Panamá.Tarina Rodriguez
María Mónica Monsalve S.

La estruendosa llegada de DeepSeek, una aplicación de inteligencia artificial (IA) china, no solo tiene el potencial de cambiar las lógicas económicas del mundo, sino de narrativa de la IA en sí misma. “Siempre se dijo que la IA necesitaba una enorme capacidad de poder informático, grandes inversiones e implicaba un alto costo ambiental”, señaló Rachel Adams, fundadora y CEO del Centro Global de Gobernanza de la IA, durante la plenaria del segundo y último día del Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe, organizado por CAF-banco de desarrollo de América Latina y el Caribe, el Grupo PRISA y World in Progress (WIP) en Ciudad de Panamá.

“Pero su caso ha sido disruptivo para el imperio de la IA”, continuó, advirtiendo que la que es ahora la aplicación más descargada del mundo, además de gratuita y abierta, se creó con cinco millones de dólares (frente a los 100 millones de dólares de los que se suele hablar) y con menos del triple de recursos informáticos. Dejando de lado —momentáneamente— la pregunta sobre la seguridad en el uso de datos, esta es una buena señal para América Latina y el Caribe. “DeepSeek deja la lección de que la IA puede crearse en cualquier lugar. Y las implicaciones son significativas, incluyendo a Latinoamérica, que ha sido ignorada y vista como un lugar en donde no se pueden producir estas innovaciones”.

La IA puede ayudar a dar soluciones para desafíos que parecen estar interiorizados en la región. Hay IA que ayuda a detectar tuberculosis en áreas remotas, a expandir la capacidad de los profesores para la educación personalizada, a monitorear la deforestación u optimizar los sistemas de alerta temprana. Sin embargo, y tal cual están organizadas las reglas de juego actualmente, estudios de la auditora PwC han advertido que mientras en China las ganancias económicas de la IA pueden impulsar su Producto Interior Bruto (PIB) en un 26% para 2030, seguido de Norteamérica, con un 14.5%, para América Latina y el Caribe la cifra apenas rodea el 5%.

Una asistente escucha la participación de la CEO del Centro Global de Gobernanza de la IA durante el Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe 2025.
Una asistente escucha la participación de la CEO del Centro Global de Gobernanza de la IA durante el Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe 2025.Tarina Rodriguez

Y es que, si los países del sur lanzan la carta de la IA mal jugada, las inequidades se pueden acentuar, aseguró la experta. “En la región se estima que el 5% de los trabajos están en riesgo por la IA, y las más afectadas serán las mujeres”. A esto se suma que los trabajos que están surgiendo para mantener la IA, incluyendo a las personas que la entrenan o filtran contenidos, se están estructurando sin garantizar derechos laborales. Por ejemplo, en los campos de refugiados de Kenia, comentó Adams, las compañías han llegado con cientos de computadores para “contratar” a las personas, pero sin pagarles con dinero, sino con fichas que solo se pueden usar en el campo.

El escenario se repite para la extracción de minerales que necesita la IA. El litio, mencionó la académica, se está extrayendo de los desiertos de Chile, afectando la ya escasa agua, en algunos casos desplazando a comunidades indígenas y no dejando ganancias monetarias al país.

Si no se regula, el mercado de la IA “solo servirá a los intereses de aquellos que tienen el capital para desarrollarla”. Y eso no es lo que le sirve —o quiere— América Latina y el Caribe. Por eso, Adams mencionó algunos cambios urgentes, como potenciar el acceso a internet, formalizar la protección de sus trabajadores, crear políticas para que la información con la que se alimenta sea más diversa e inclusiva, aumentar la educación sobre IA y fortalecer la cooperación sur–sur.

“Ningún país o compañía debería tener el monopolio de decidir sobre nuestro futuro, así que debemos defender un sistema de IA que refleje la diversidad de los valores humanos y la cultura”, incluyendo los de América Latina y el Caribe, dice.

Durante la plenaria del primer día del foro también participaron Mayer Mizrachi, alcalde de Ciudad de Panamá; Gaston Browne, primer ministro de Antigua y Barbuda, y Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, quien mandó un video con un mensaje político contundente: “No somos el patio trasero de nadie. Como no lo son Panamá ni Groenlandia”

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Sobre la firma

María Mónica Monsalve S.
Periodista de América Futura en Bogotá, Colombia. Antes trabajó en El Espectador. En 2020 fue ganadora del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Máster en Cambio Climático, Desarrollo Sostenible y Políticas de la Universidad de Sussex (Reino Unido).

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