Un físico canario afirma que es posible predecir los terremotos
Después de diez años de divulgar sus teorías, Guillermo Rodríguez, profesor de Física de la isla de La Palma (Canarias), no desiste en su intento de convencer a los demás de que existe una nueva causa que explica los viejos fenómenos físicos: terremotos, ciclones, erupciones volcánicas, etcétera, y que además es posible pronosticar cualquiera de "estos sucesos. Según declaró días pasados, predijo con toda exactitud el temblor de tierra registrado en el mar Egeo el pasado 19 de diciembre.
Veinticuatro horas antes de que éste se produjera, ha indicado el astrofísico canario, envió un tele grama a una cadena de radio en el que anunciaba que, entre las 12,30 y las 13,30 del mediodía del 19, se produciría un terremoto en el mar Egeo, cerca de las costas griegas.Hace un año publicó con sus propios medios un libro en el que desarrolla sus puntos de vista. Sus cálculos le permitieron anunciar con antelación el terremoto que sacudió Argelia en octubre de 1980, y asegura haber acertado otros fenómenos, como la reciente erupción del Etna, a partir dé los mismos principios.
El físico palmero utiliza para sus predicciones un sistema de ciclos empleados tradicionalmente por los astrólogos. Estos ciclos son de 18,6 años, tiempo que tarda en girar el plano de la órbita lunar, así como de 14, 26 y 120 años, junto a determinados múltiplos de los mismos. El primero y último de estos periodos de tiempo eran desconocidos hasta ahora, según señala. En su opinión, los hechos de aquella naturaleza se repetirían a lo largo de la historia, cumpliendo una serie de ciclos temporales.
Un seguimiento minucioso de lo ocurrido en determinado lugar en épocas pasadas hace posible, con dicho criterio, adelantar un nuevo suceso. Dentro del año en que se prevé el fenómeno cabe reducir las probabilidades a otros dos ciclos más estrechos, de 54 y 93 días. Según indica, se sabe que los terremotos en Espáña suelen producirse en los primeros días de los meses de enero, marzo, mayo, julio, septiembre y noviembre. Pero, más aún, para el físico palmero no es imposible concretar el día, la hora y hasta el minuto del suceso, mediante un método mas complicado, según el cual hechos producidos en determinados lugares y tiempos pueden ser pronosticados, con el mismo ciclo, en otra zona diferente de la Tierra.
La posibilidad de llegar a tales extremos de precisión en el conocimiento anticipado de un nuevo terremoto debería dar lugar, señala, a un nuevo sistema de alerta, que evitara el abandono de una ciudad por parte de la población.
Pero lo que más choca a primera vista es su explicación física de los fenómenos terrestres que contradice a los científicos, que sostienen como único origen la influencia del Sol o de las mareas. Para Guillermo Rodríguez, dicha influencia sólo es ejercida por la Luna a través de unas extrañas nubes de polvo que rotan junto a ésta y llenan el espacio interplanetario. Estas nubes llevan el nombre del científico que las descubrió en 1965, Kordilewsky, pero no han podido ser comprobadas, ya que, en opinión de Guillermo Rodríguez, haría falta un complejo plan de investigación, dotado de un importante material técnico específico que está fuera de su alcance particular. A partir de dichas nubes, que contendrían polvos radiactivos, ha creado su teoría. Cuando las nubes pasan entre el Sol y la Tierra, el viento solar empujaría tales aglomeraciones de partículas hasta hacerlas caer sobre nuestro planeta. El choque provocaría los terremotos, y la citada radiactividad causaría los ciclones, las erupciones y otro tipo de efectos, de carácter biológico, que desencadenarían una especie de locura colectiva. De este modo se explicarían también las guerras y otros fenómenos.
Güillermo Rodríguez ha expuesto esta teoría en diversos congresos científicos celebrados en Estados Unidos y Suecia, y acaba de ser invitado para participar en otra reunión internacional en California. Defiende sus ideas sin temor a ser cuestionado, y se lamenta de que en España no se le preste ninguna atención.
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