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Volkswagen puede ser el nuevo socio de Seat antes de junio

La empresa automovilística española Seat mantiene conversaciones con la alemana occidental Volkswagen a fin de llegar a un acuerdo de cooperación. Las conversaciones, de las que EL PAIS tiene pruebas pese al riguroso carácter de máximo secreto con que han sido llevadas a cabo por ambas partes, podrían desembocar en un acuerdo final que aprobase el Aufsichtsrat (Consejo de Administración superior de VW) en su reunión de¡ próximo mes de abril o, en último caso, en la de junio. Por ahora, el Vorstand (Consejo de Administración inferior de VW), en su reunión del pasado día 7 de diciembre de 1981, dio su conformidad a las conversaciones entre las dos empresas automovilísticas.

Mañana, lunes, llegará a España una delegación compuesta por doce técnicos de Volkswagen, quienes ultimarán los estudios de viabilidad del acuerdo iniciados hace varios meses. El primer coche VW fabricado por Seat estaría en la calle dentro de dos años.Las primeras conversaciones entre Seat y Volkswagen se remontan a la primavera del pasado año. En esa época, mientras Seat negociaba con la multinacional italiana Fiat el acuerdo definitivo para una ruptura negociada -tras el incumplimiento por parte de esta última de los acuerdos suscritos por ambas- y mantenía asimismo conversaciones con las multinacionales japonesas Toyota y Nissan para poder llegar a un acuerdo de colaboración, Seat inició también contactos con la multinacional alemana occidental Volkswagen.

Tanto la alta dirección de Seat como la del Instituto Nacional de Industria -accionista mayoritario de la empresa automovilística española- eran ya conscientes de que fuera de las grandes multinacionales japonesas y de la europea VW no habría salida para Seat. Ni las restantes grandes multinacionales podrían tener interés por la empresa española, al estar ya instaladas en España, ni la solución autárquica de vivir para siempre dependiendo de su propia tecnología era válida, al no tener capacidad para ello.

En el mes de abril de 1981, después de entablarse unos primeros contactos y de la llegada a España de un alto directivo de VW, Juan Miguel Antoñanzas, presidente de Seat, acudió a pasar un fin de semana a una tranquila finca alemana que sirve de retiro para los altos directivos de Volkswagen. Allí, en el lugar donde se reúnen éstos para tomar las grandes decisiones sobre el futuro de la empresa alemana occidental, Antoñanzas le explicó a Toni Schinücker, su entonces homónimo en VW, la situación real de la empresa española y sus negociaciones con Fiat y con las dos multinacionales japonesas.

El presidente de Volkswagen, que pareció recibir gratamente la propuesta española, decidió enviar un equipo de técnicos que comenzaran un estudio a fondo sobre la viabilidad de llegar a un acuerdo para la fabricación conjunta de un vehículo entre Seat y la empresa alemana occidental. Pero Schmücker puso como condición para llegar a. cualquier tipo de acuerdo el que el contencioso con Fiat quedara definitivamente zanjado.

Primer compromiso de intenciones

Por fin, tras el primer estudio de los técnicos de VW y de varias visitas del doctor Henz, el Instituto Nacional de Industria español convenció a la multinacional para que firmara un compromiso de intenciones. Según este documento, VAG-Volkswagen-Audi crearía una nueva sociedad con Seat, en la que la parte española aportaría como activos la planta de Landaben. En dicha planta se fabricarían 150.000 unidades del modelo Polo o Derby. Las cadenas del Panda se pasarían a la fábrica de la Zona Franca de Barcelona, con lo que se aliviaría la improductividad de dicha factoría. De los 150.000 coches, la mitad, aproximadamente, se destinarían a la exportación, y el resto al mercado doméstico. Asimismo, Seat fabricaría, en sus restantes plantas, componentes para los coches producidos en Landaben, con lo que el proyecto integraría a todas las fábricas de Seat y no sólo a la de Pamplona. Finalmente, el Gobierno español autorizaría a VAG la importación de unas 12.000 unidades de Audi, el coche de prestigio de la gama de VAG, con aranceles más bajos que los actualmente establecidos.

La parte española y la alemana occidental acordaron también que el presidente de VAG, Shcmücker, llevara personalmente estos compromisos ante el más alto Consejo de Administración de la empresa automovilística germana. Dada la configuración de fuerzas en dicho Consejo, con un reparto paritario entre los representantes del capital y los de los trabajadores, sólo el planteamiento del proyecto por parte del propio Schmücker, cuya autoridad nadie parecía discutir, podía hacer que saliera adelante. La fecha elegida para ello fue la de finales del pasado mes de julio.

Sin embargo, unos días antes de la reunión del Aufsichtsrat, Ton¡ Schmücker sufrió un infarto, que estuvo a punto de costarle la vida y que, de cualquier forma, le mantuvo incomunicado durante semanas en una unidad de vigilancia intensiva, de un hospital. Nadie sabía entonces si podría recuperarse, ni, siquiera si volvería algún día a la presidencia de VAG, pero tampoco nadie quería asumir la responsabilidad de una operación de cierta importancia. El ambicioso proyecto de asociación con Seat quedó, pues, en dique seco.

Para ganar tiempo mientras las conversaciones estaban paralizadas, la parte española, que mantuvo en secreto durante meses todas las conversaciones como única forma válida para evitar filtraciones, comunicó verbalmente el contenido de éstas sólo al presidente del Gobierno español, Leopoldo Calvo Sotelo. De esta forma, el presidente podía negociar políticamente la baza española en el curso de sus jornadas musicales en Bayreuth, así como en su viaje de crucero por el mar Egeo. En ambos casos, Calvo Sotelo se iba a encontrar con altos dirigentes alemanes occidentales.

Nuevo presidente

Transcurridos varios meses sin que Schmücker se recuperara, VAG decidió sustituirle por el doctor Carl H. Hahn, quien asumió la presidencia de la multinacional alemana el pasado día 2 de este mes de enero. Pero, un mes antes, el Vorstand (consejo de administración inferior), a través de Wermer Schmidt -segundo del anterior presidente, que siguió directamente todas las conversaciones entre las dos empresas-, tuvo coiaocimiento de las operaciones rnantenidas entre las dos partes.

El Consejo de Administración inferior de VAG, según ha podido comprobar EL PAIS, aprobó la operación, con la condición de que previamente se aclarasen ciertos aspectos técnicos; que el acuerdo con Seat no suponga una reducción de puestos de trabajo para la actual plantilla de Volkswagen en la RFA -recientemente, VAG tuvo que reducir su plantilla-; que el acuerdo resulte lo menos costoso posible, y que suponga un beneficio para las dos partes.

Al margen de estas consideraciones generales, el acuerdo que Seat y Volkswagen pueden firmar antes del próximo mes de junio prevé la fabricación con un gran porcentaje de integración de 100.000 unidades anuales del modelo Polo/Derby. De éstas, las dos terceras partes se destinarán a la exportación, a través de las redes internacionales de VW. Los primeros coches estarán en el mercado a finales de 1983.

Seis meses antes podrán comenzar a venderse en el mercado español las 35.000 unidades anuales del modelo Santana, máximo exponente actual de la gama de Volkswagen, montadas en régimen de CKD -cadena de montaje con piezas importadas- y destinadas todas ellas al consumo nacional

Para el modelo Polo/Derby, las distintas factorías de Seat fabricarán la mayor parte de sus componentes, excepto motor y cambio, y los enviarán a la cadena de montaje de la fábrica de Landaben (Pamplona). Sin embargo, el caso del Santana, al montarse en CKD -con piezas importadas-, permitirá a VAG incrementar ligeramente su plantilla actual.

Para completar la operación, VAG-Volkswagen-Audi podrá importar en España, libres de aranceles, 12.000 unidades de su gama Audi desde el momento mismo de la firma del acuerdo.

A fin de estudiar el plan de viabilidad de toda la operación, mañana llegará a España un equipo de doce técnicos de VW, que completarán ocho estudios diferentes, que van desde el mercado a los proveedores. Estos estudios deberán estar terminados antes de la reunión del Aufsichtsrat (Consejo de Administración superior) del mes de junio, para que el más alto organismo de control de VAG pueda dar su aprobación. A partir de ese momento, Seat tendrá el tan buscado socio tecnológico con el que poder tener una colaboración que pueda garantizar su supervivencia en el próximo futuro.

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