Los límites de la negociación no están definidos, según el jefe del Gobierno de Gibraltar
«Es dificil decir ahora cuál será el límite del que no pasaré en la negociación. Discutir no quiere decir ceder, y el acuerdo de Lisboa en sí es un problema, porque trata de reconciliar lo irreconciliable: España reivindica Gibraltar, y en abril de 1980, en Lisboa, el Gobierno inglés reiteró que no entregaría Gibraltar a país extranjero alguno contra la voluntad de los gibraltareños», dijo ayer el jefe del Ejecutivo gibraltareño, sir Joshua Hassan, en declaraciones a Radio Nacional de España.
Hassan recordó que «el término jamás no existe en política, pero no creo que esta generación tenga deseo de vivir bajo soberanía española; quizá con este deseo haya media docena de gibraltareños si acaso. Nosotros hemos peleado por la autodeterminación y tenemos dos opciones: ser aliados del Reino Unido o de España. Pero la autodeterminación es un concepto vivo; yo hablo de esta generación, que creo que no optaría por España, pero en el futuro, ¿quién lo sabe?».El primer ministro gibraltareño contestó rechazando la versión, según la cual el Reino Unido se gasta unos sesenta millones de libras (unos mil millones de pesetas) anuales para mantener a los gibraltareños. Según Hassan ese gasto es mayor y está dedicado al mantenimiento de una base de la OTAN. «A nosotros no nos regalan ese dinero, sino que se lo dan a quienes vienen a trabajar aquí», añadió Joshua Hassen.
El jefe del Gobierno gibraltareño precisó, en una conversación telefónica con EL PAIS, que daba la bienvenida al acuerdo logrado en Londres. Dijo que «volvemos a la norrnalidad», y agregó que «una vez que se abra la frontera, los españoles no van a tener más derechos e los que tienen ahora», entendiendo que la discriminación contra los españoles había sido ya superada hace tiempo.
Hassan había sido consultado con antelación sobre este acuerdo por el Gobierno británico, aunque hasta ayer por la mañana no llegó a conocer la fecha de apertura de la verja. Pero, naturalmente, «parte del trabajo se había preparado con antelación. Tenemos que estar a la altura de las circunstancias para asegurar que la transición a la normalidad, después de trece años con una frontera cerrada y dieciocho años de restricciones, se haga suavemente, dentro del orden».
«No ha habido ninguna concesión» a España, señala Hassan, agregando que «se ha dicho repetidas veces que no habría discriminación» contra los trabajadores españoles. «Todo esto había sido reiterado en nota tras nota». Después del acuerdo de Lisboa, explicó sir Joshua, «se había decidido a nivel de funcionarios que la frontera quedaría abierta veinticuatro horas al día».
Sir Joshua está en una posición dificil en Gibraltar, y se tiene que cubrir las espaldas de cara a su opinión pública, especialmente irritada tras el anuncio británico del cierre de los astilleros para 1983, vitales en la economía gibraltareña. Pero, de hecho, el presidente del Gobierno español, Leopoldo Calvo Sotelo, se ha llevado de Londres una declaración escrita de los británicos garantizando el fin de las discriminaciones contra los trabajadores españoles.
Hassan irá a Lisboa el día 20 de abril, «con un espíritu de amistad y de conciliación».... a honrar lo que ya se había pactado. «Pero piénsese», dijo, «que si las cosas van mal y se cierra la frontera... se perderá la oportunidad de un diálogo para toda la vida».
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