Los homosexuales y la hepatitis

A veces, al leer EL PAIS, nos viene a la memoria aquel chiste de Quino, en sus tiras de Mafalda, donde, considerando que los periódicos no dicen la mitad de lo que pasa, y la mitad de lo que dicen no es cierto, los periódicos no existen, concluía. Pero los periódicos sí existen, a veces para confundir y desinformar al incauto lector. Viene, esto a cuento del nefasto artículo aparecido el día 18 de noviembre que hace referencia a la comercialización de una vacuna contra la hepatitis en EE UU. En principio, nada tan aséptico, pero, aparte los errores de bulto y la confusión en el aspecto médico o científico (los conocimientos científicos también son entendibles por el gran público, siempre y cuando el divulgador tenga una mínima idea del tema que divulga), la impresión que produce el artículo -mayormente si se conoce poco o nada de lo que es la hepatitis, de lo que es un virus, cómo se transmite, etcétera- es que la citada enfermedad es poco menos que venérea y, por supuesto, que todos los homosexuales la padecen y la transmiten, y las mentes maliciosas pensarán que casi todos los que padecen hepatitis son homosexuales. Es cierto que la incidencia de hepatitis entre los homosexuales es más alta que entre el resto de la población, debido claramente al mayor intercambio sexual que existe entre los homosexuales (la hepatitis, además de por vía sanguínea, se puede transmitir por la saliva, el semen, el sudor ... ) y no, como afirma el artículo, a que: "el contagio es mucho más fácil cuando el contacto sexual es anal, quizá porque es más fácil la producción de pequeños desgarros de la piel, por la que pueden entrar en contacto la sangre portadora de virus y la que no lo es". ¡Las piruetas que hay que hacer para complicar cosas bastante más sencillas, no se sabe si es ignorancia o malicia, porque la explicación. (que cae de pasada en el tópico de que todas las relaciones sexuales entre homosexuales son anales) es rebuscada y retorcida, digna de la mejor prensa amarilla.

En fin, esperemos que los médicos, como profesionales, estén mejor capacitados que algunos redactores de EL PAIS, de lo contrario, todos los homosexuales estaremos pronto muertos... de hepatitis, claro. En su disculpa dirán ellos que más cornadas da el hambre informativa, pero visto lo visto, y para evitar riesgos de intoxicación, no volveremos a devorar EL PAIS en al menos cuarenta días./ Frente de Liberación Homosexual de Castilla (FLHOC). .