Dimite Richard Allen, consejero norteamericano de Seguridad
Richard Allen, consejero nacional de Seguridad norteamericano, presentó ayer su dimisión al presidente Ronald Reagan tras una entrevista que mantuvo con él en la Casa Blanca. Allen, que seguirá siendo consultor de Reagan, ha sido inmediatamente reemplazado por William Clark, que desde hace un año era el adjunto del secretario de Estado, Alexander Haig.Aunque Allen había sido declarado inocente por el Departamento de Justicia en el escándalo motivado por aceptar mil dólares (unas 95.000 pesetas) y dos relojes ofrecidos por una revista japonesa para facilitar una entrevista de la esposa del presidente, los consejeros de Reagan presionaron para que fuese destituido.
Allen se encontraba alejado provisionalmente de su cargo hasta que concluyera la investigación interna de la Casa Blanca sobre su comportamiento.
Su sustituto como consejero de Seguridad del presidenrte Reagan fue Wilson Nance, de 60 años, almirante retirado y número dos en el mismo departamento que ocupaba Allen.
El informe jurídico de la Casa Blanca sobre el caso fue presentado ayer a Ronald Reagan, y Allen quiso adelantarse con su dimisión a que el presidente decidiera destituirle. En cualquier caso, el informe absolvía a Allen de toda acusación concreta, pero Reagan ha considerado que "era mejor efectuar un cambio de responsabilidades".
Un sobre con mil dólares
"Estoy convencido de que no hice nada ilegal, aunque cometí un error", había declarado Allen cuando se vió implicado en el escándalo. El error fue, para Allen, olvidar durante ocho meses un sobre con mil dólares que los periodistas del semanario japonés Shu-fu-no-tomo entregaron al consejero presidencial para "obras de caridad", en señal de agradecimiento por la entrevista tramitada por Allen con la esposa de Reagan, Nancy, el mismo día de su llegada a la Casa Blanca, el 21 de enero del año pasado.La donación de dos relojes, de valor simbólico (unas 20.000 pesetas) fue justificado por Richard Allen como un intercambio regular de regalos entre unos amigos japoneses y su familia.
Durante dos semanas, el caso Allen figuró en la primera plana de los grandes diarios estadounidenses, que recordaron otros vínculos de Allen con Japón.
Entre otros asuntos, salieron entonces a relucir los contactos, que del consejero presidencial con la casa de automóviles nipona Nissan, cuya revelación por parte de la Prensa en octubre de 1980, a pocos días de la elección presidencial de Reagan, obligó a Allen a dimitir de su cargo de política exterior del por entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos.
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