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Eduardo Merigó podría sustituir a Hermida

Eduardo Merigó, un liberal del equipo del fallecido Joaquín Garrigues, podría convertirse en secretario de Estado para el Deporte en el próximo Consejo de Ministros. La nueva ministra de Cultura parece decidida a relevar a Jesús Hermida, que fue nombrado por Ricardo de la Cierva, por indicación de Adolfo Suárez. El presidente del CDS, de acuerdo con la ley, es designado por el Gobierno a propuesta del Ministerio de Cultura "entre personas de reconocido prestigio en el mundo del deporte". Eduardo Merigó asistió hace tres años al homenaje que un banco le dedicó a Vicente Rodríguez, ex vicepresiendente de la Federación Española de Fútbol.

Cuando Benito Castejón preparó el anteproyecto de la ley del Deporte pretendió incluir un artículo según el cual el secretario de Estado debía salir de una tema presentada por la propia gente del deporte. Esta pretendida cautela de apolitización fue, lógicamente, desechada porque no tenía sentido que un gobierno pudiera contar en una parcela tan importante a un adversario. Desde que tomó posesión Soledad Becerril se ha especulado con la posibilidad de que Jesús Hermida fuera relevado. Se habló incluso de que Emiliano, hombre ligado a UCD y dedicado específicamente al departamento deportivo del partido alcanzara la plaza. La candidatura de Emiliano fue desestimada. Eduardo Merigó, que fue el primer nombre en sonar, parece que ha obtenido ya todos los plácemes.El nuevo año se: va a desperezar también con problemas derivados de los continuos enfrentamientos entre la AFE y la Federación Española de Fútbol. Para que la fiesta no decaiga, Pablo Porta se niega a reconocer ahora el derecho adquirido por la AFE a organizar un encuentro internacional. En principio la AFE intentó montar un encuentro contra Argentina, pero coincidía con el Trofeo Bernabéu.

Posteriormente se intentó remediar el caso con el taquillaje de uno de los partidos amistosos de la selección española. Tampoco ha habido acuerdo, y la AFE se encuentra defraudada.

El problema radica en seis millones de pesetas. La AFE, que no goza de una economía boyante, necesita ese dinero para sobrevivir. La Federación entiende que la asfixia económica podría acabar con la AFE y con ello desaparecería un problema. La Federación temía que en el partido internacional frente a Bélgica se produjera algún tipo de boicoteo por parte de los seleccionados. El equipo nacional no va a participar en acciones reivindicativas de este género en el año del Mundial, pero es evidente que las relaciones entre profesionales y directivos están cada día más deterioradas.

Los jugadores proponen que sobre los acuerdos con la Federación se establezca la mediación de un magistrado. La AFE no se fía del Ministerio de Trabajo porque ya salió escaldada en la ordenanza laboral, pese a que el propio ministro había prometido que quedaría contemplada la famosa normativa de los sub20.

El año del Mundial está conde nado a tener conflictos. Raimundo Saporta podría ser el árbitro en las peleas entre jugadores y Federación, aunque teóricamente pertenezca a la patronal. Saporta goza de las simpatías de los jugadores del Madrid y de la confianza general. Para estas cuestiones podría ser el mediador idóneo.

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