Los comunistas italianos rompen virtualmente con el PCUS

El Partido Comunista italiano condenó con fuerza la responsabilidad de la Unión Soviética en la instauración del poder militar polaco, y por primera vez afirmó que los comunistas italianos rechazan una relación "privilegiada" con el Partido Comunista soviético.La condena y el rechazo fueron incluidos en un documento oficial que ha tardado ocho días en publicarse, después ser redactado por cuatro miembros de la dirección tras un previsible debate.

La Prensa ha dado gran relieve a este documento de diecisiete folios, en el cual, según titulaba en primera página Repubblica: "Jamás el PCI fue tan duro con la Unión Soviética". Por su parte, Corriere della sera lo definió como un "documento espectacular" y subrayó que "por primera vez un texto oficial de Botteghe Oscure, sede del PCI, expresa juicios severos contra la política exterior soviética".

Por lo que se refiere al golpe polaco, el documento afirma que el proceso de renovación en Polonia hubiera podido llegar a buen fin si no hubiera habido "por parte de la Unión Soviética graves presiones, injerencias indebidas y una pesada campaña política e ideológica".

La tentativa de renovación en Polonia, afirman los comunistas italianos, "ha chocado no sólo contra el modelo soviético, sino también contra una concepción del campo socialista que limita el desarrollo autónomo de los países aliados ". Aunque el documento no la emplea, está clara la expresión implícita de "imperialismo soviético" en este contexto, según aseguran los comentaristas.

Se dice también en el texto que la adopción de un único modelo comunista en los países del Este europeo "no era una consecuencia inevitable de los acuerdos de Yalta" y que esta adopción del modelo único soviético "ha impedido una participación democrática real que mortifica las libertades y las energías creativas".

Por eso, el documento, por primera vez, afirma que el PC italiano considerará al Partido Comunista soviético y a sus aliados como "a un partido más". Ha desaparecido, pues, después de tantos años, la frase ritual de "partido hermano" dada por el PCI al Partido Comunista de la URSS.

Establece, en cambio, que "el partido comunista italiano intenta mantener relaciones normales con todos los partidos comunistas, de la misma manera que con cualquier otra fuerza socialista revolucionaria o progresista, sin vínculos partidarios o privilegiados con ninguno, bajo el principio de absoluta autonomía de pensamiento y de acción política sin condicionamientos ideológicos, políticos u organizativos". Nunca los comunistas italianos habían osado tanto, y ahora esperan sólo el previsible rugido de protesta de Moscú.