UCD y CD imponen la modificación del Estatuto valenciano

La Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados inició ayer el debate de proyecto de estatuto de autonomía valenciano, en un ambiente de enfrentamiento entre la izquierda y los grupos nacionalistas, por un lado, y la mayoría formada por Unión de Centro Democrático (UCD) y Coalición Democrática (CD), por otro. Los socialistas impugnaron la convocatoria de la comisión por parte de su presidente, el centrista valenciano Emilio Attard, y argumentaron que la ponencia no había concluido todavía sus trabajos, por lo que el debate debería aplazarse hasta febrero.

Attard, apoyado por la mayoría de la mesa de la comisión, mantuvo la procedencia de la convocatoria, ya que el informe de la ponencia había sido firmado por una mayoría de ponentes suficiente, los de UCD y CD. En cambio, atendió la protesta por la presencia junto al diputado de CD, Antonio Carro, de una persona ajena al Parlamento, el presidente de Alianza Popular de Valencia, Manuel Giner, al parecer en calidad de asesor, figura no contemplada en el reglamento de la Cámara.Carro envió a la mesa un escrito del secretario general del Congreso, autorizando la presencia de Giner, a quien en todo caso se rogó que se retirara al final de la sala. Las protestas se reprodujeron cuando, en un empate producido sobre la modificación centrista de la bandera valenciana, Carro deshizo el empate al votar a favor de la enmienda de UCD en una segunda votación, tras habérsele aproximado Manuel Giner y cambiar con él unas palabras. El socialista Joan Lerma calificó de inadmisible la intromisión de «un señor invitado» en los trabajos parlamentarios; Carro negó que su voto hubiera estado condicionado por nadie, y Attard rogó que no volvieran a producirse aproximaciones a los diputados.

Al comienzo de la sesión, el secretario general del PSOE valenciano, Joan Lerma, pidió que se desconvocara la comisión, por no encontrarse totalmente debatido en ponencia el proyecto de Estatuto. Recordó que la autonomía valenciana fue acordada por un número suficiente de ayuntamientos por la vía del artículo 151, y que si se volvió después a la del 143, por una excesiva buena voluntad de los socialistas, no debería en todo caso romperse ahora el texto aprobado en Benicasim.

Por su parte, el socialista Antonio Sotillo, miembro de la mesa, bajó a la comisión para discrepar del criterio mayoritario de la mesa y anunciar que. por incumplimiento del reglamento se elevaría una protesta al presidente de la Cámara.

Más tarde, Alfonso Guerra solicitó también que se aplazara la discusión para evitar la violación del acuerdo general entre el Gobierno y el PSOE en materia autonómica, y dijo que la convocatoria de la comisión era «una inocentada, no de diciembre, sino de Abril», refiriéndose al diputado centrista de este nombre.

A propósito del debate sobre la enmienda de la Minoría Catalana, que proponía la sustitución del texto del proyecto de Estatuto, el andalucista Juan Carlos Aguilar se proclamó portavoz de Esquerra Nacionalista Valenciana, y en favor del artículo 151. Emilio Attard estimó improcedente la intervención, más propia, según dijo, de un programa televisivo titulado Las voces de los sin voz.

"Reino no hay más que uno"

El debate del articulado del proyecto se inició con la discusión de una enmienda de Coalición Democrática, que introdujo la denominación de Reino Valenciano para la comunidad autónoma. El socialista Lerma declaró que frente a las diversas denominaciones de partido, la única legal desde 1978 es la de País Valenciano, que consta además en los acuerdos autonómicos firmados por Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González. Añadió que «el único reino es el de España, y lo demás es deteriorar la institución monárquica».El centrista José Ramón Pin señaló que la votación realizada en Peñíscola para ratificar el Estatuto acordado en Benicasim fue unánime, pero referida tanto al texto como a los anexos en los que figuraban las posiciones discrepantes de UCD, concretamente en lo relativo a la denominación, la bandera y las competencias de las diputaciones.

Esta afirmación, como otra en igual sentido de Fernando Abril, fue replicada por Alfonso Guerra más tarde, cuando se introdujo el término lengua valenciana, no comprendido entre los citados temas abiertos. Guerra manifestó también que una asamblea no aprueba los textos acordados mayoritariarnente y sus alternativas, sino que la votación sólo ha de vincularse al texto principal. El comunista Antonio Palomares saludó el sacrificio político realizado por Pin, ya que las obligaciones del partido le habían obligado a defender algo distinto de lo que votó en su momento.

La bandera coronada

En relación con el tema de la bandera, el centrista Vicente Ruiz Monrabal defendió una modificación en el texto del proyecto de Estatuto, a fin de introducir la señera coronada y con los escudos de Alicante, Castellón y Valencia, para, según dijo, conectar con los sentimientos populares. El comunista Palomares calificó de irresponsabilidad esta actitud, y el socialista Joan Lerma recordó que el democristiano Ruiz Monrabal defendió en la campaña electoral la bandera cuatribarrada. El mencionado replicó que siempre fue favorable a la bandera coronada y que ningún órgano de la oposición democrática exigió nunca ningún tipo de bandera, a lo que Lerma contestó que no era necesario porque estaba claro para todo el mundo.Tras resolverse a favor de la enmienda centrista esta cuestión, Antonio Carro planteó la conveniencia de que se mencionara expresamente la lengua valenciana. Lerma consideró que esta propuesta significaría «el triunfo de la irracionalidad », a lo que Carro protestó, y finalmente se sometió a votación con resultado favorable para UCD y CD. Al conceder la palabra para explicación de voto, Emilio Attard se confundió, al parecer, y dio la palabra a Fernando Abril «de Coalición Democrática», lo que produjo gran regocijo en los escaños de la izquierda.

El debate de los artículos siguientes no fue excesivamente extenso, y las modificaciones introducidas en algunos de los artículos -como a propósito de las sesiones de las Cortes. valencianas, de la elección del presidente de la Generalidad, del Consell y de las facultades y competencias comprendidas en el Estatuto- no revistieron la importancia política y popular de las primeras, si bien la izquierda protestó en todo momento por ellas.